26 marzo, 2020ACTUALIZADO: Durante las negociaciones con el gobierno, CGIL, CISL y UIL lograron, mediante un nuevo decreto aprobado el 25 de marzo, que se revisara la definición de “actividades productivas esenciales” a las que se le permitirá seguir funcionando durante la crisis sanitaria. Este nuevo decreto remplaza el del 22 de marzo y establece una nueva y reducida lista de actividades productivas permitidas. Los sindicatos están satisfechos con esta nueva disposición, ya que disminuye la cantidad de personas que deberán ir a trabajar y por lo tanto protege de mejor manera la salud y la seguridad de los trabajadores.
En Lombardía, la región más afectada por el COVID-19 en el norte de Italia, numerosos trabajadores metalúrgicos participaron en una huelga general de ocho horas convocada el 25 de marzo por los sindicatos FIOM, FIM y UILM. Los sindicatos locales informaron que hubo niveles de abstención laboral de hasta 60 a 90 por ciento en todas las provincias de la región.
Esta tasa elevada se explica en parte por las medidas ya implementadas de trabajo inteligente, interrupción y reducción de las horas de trabajo y otros procedimientos puestos en práctica a través de las exigencias de los sindicatos.
También es una demostración de apoyo a las solicitudes sindicales, tanto en Lombardía como a nivel nacional, relativas al cierre de todas las actividades de producción no esenciales.
Los sindicatos decidieron hacer huelga para persuadir al gobierno luego de que este, bajo la presión de la asociación de empleadores Confindustria, aprobase una amplia lista de las empresas a las que se les permitiría continuar la producción a pesar de la pandemia.
Según FIOM, FIM y UILM, actualmente las empresas tienen espacio para la interpretación de lo que se considera un servicio esencial, por lo que muchas continúan sus actividades.
A la luz de la propagación actual del coronavirus, los sindicatos declararon lo siguiente:
“Creemos que la lista es demasiado amplia, ya que también incluye sectores de dudosa importancia y necesidad”.
Un ejemplo en donde el trabajo no cesó es una fábrica que produce motores para secadores de pelo y aspiradoras.
En una declaración conjunta con respecto a los resultados de la huelga, FIOM, FIM y UILM comentaron lo siguiente:
“La movilización de los trabajadores metalúrgicos fue en apoyo de la iniciativa de las confederaciones nacionales [CGIL, CISL y UIL] frente al gobierno, que se ha puesto a disposición para revisar la lista de actividades esenciales que, como tales, pueden continuar sus operaciones. En estas horas, el intercambio entre CGIL, CISL, UIL y el gobierno se ha retomado y esperamos que conduzca a los resultados esperados y solicitados también a través de esta huelga. Detener las actividades de producción durante unos diez días significa reducir la posibilidad de contacto entre los individuos y, por lo tanto, contener las posibilidades de contagio. Esto es beneficioso tanto para la salud de las personas como para nuestro sistema de salud, que debe protegerse del riesgo de colapso”.
Los sindicatos “se asegurarán de que todos aquellos que tengan que regresar a sus empleos trabajen de manera segura y con pleno respeto por su salud. No dudaremos, como se ha demostrado, en bloquear las actividades que no cumplan con los requisitos sanitarios y las medidas de seguridad”.
En un mensaje de solidaridad, el secretario general de IndustriALL, Valter Sanches, expresó:
“IndustriALL Global Union exhorta al gobierno de Italia a proteger la salud y la seguridad de todos los trabajadores que siguen trabajando porque prestan servicios esenciales o trabajan en industrias manufactureras vitales durante esta pandemia. Además, IndustriALL, en consonancia con la declaración del consejo de sindicatos globales del 12 de marzo, exige fábricas seguras o que simplemente se cierren los lugares de trabajo”.