22 octubre, 2020Los afiliados italianos de IndustriALL Global Union, FIM-CISL, FIOM-CGIL y UILM-UiIL, que representan a los trabajadores de Whirlpool, una multinacional que produce electrodomésticos, están organizando dos días de acciones de protesta para el 22 y 23 de octubre. Exigen que la empresa reconsidere su decisión de cerrar su planta en Nápoles a fines de octubre de 2020, que pone en peligro más de 400 puestos de trabajo.
Los sindicatos convocaron a una huelga de ocho horas para el 22 de octubre. La huelga afecta a todas las plantas italianas del grupo y se organiza en conjunto con la reunión que convocó el Ministerio de Desarrollo Económico para el día de hoy. Los resultados de la reunión aún se deben anunciar.
Los sindicatos anunciaron que el 23 de octubre comenzarán las manifestaciones en diferentes ciudades de Italia hasta que Whirlpool renuncie a su decisión de cerrar su planta en Nápoles el 31 de octubre. Los trabajadores y sus sindicatos se oponen firmemente a esta medida ya que afecta a todos los empleados de Whirlpool, así como a los de industrias relacionadas, y atenta contra el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Desarrollo Económico en 2018. Además, los sindicatos insisten en que la decisión de cerrar la planta de Nápoles disminuirá gradualmente las habilidades y la capacidad italianas para la producción de electrodomésticos.
Según el acuerdo firmado en 2018 en el Ministerio de Desarrollo Económico, Whirlpool se comprometió a mantener a Italia como una base industrial y de mercado estratégica para la región de Europa, Oriente Medio y África. La empresa prometió invertir 250 millones de euros durante el período de tres años de 2019 a 2021 en innovación, productos y procesos e investigación y desarrollo en sus plantas industriales en el país.
Kan Matsuzaki, director de TIC, electricidad y electrónica, construcción naval y desguace de buques de IndustriALL, expresó:
“Extendemos nuestro total apoyo solidario a nuestros afiliados y trabajadores de Whirlpool. La decisión de la empresa de cerrar la planta de Nápoles en medio de una pandemia y una crisis generalizada no puede justificarse. El gobierno italiano debe esforzarse al máximo para evitar este golpe a la economía local, los trabajadores y sus familias. ¡Whirlpool debe quedarse en Nápoles!”.