29 abril, 2022El 23 de abril, los miembros de Paperiliitto en UPM volvieron a trabajar después de 112 días de huelga que llevaron a la empresa a una paralización en todas sus plantas en Finlandia.
Paperiliitto, afiliado a IndustriALL, llevó a cabo una inspiradora huelga contra los ataques a los derechos sindicales y las condiciones de empleo por parte de la empresa. Esta acción colectiva, en la que 2200 miembros del sindicato resistieron a ceder a los esfuerzos de la dirección, recibió un apoyo solidario considerable en Finlandia y a nivel internacional.
El conflicto se resolvió cuando ambas partes aceptaron una propuesta final del Mediador Nacional. De conformidad con la propuesta, se firmaron cinco convenios colectivos independientes, uno para cada segmento industrial de la empresa, con una duración de cuatro años y una renegociación salarial luego de dos años.
Esta huelga fue de una magnitud sin precedentes en este sector en Finlandia y fue provocada por las convicciones antisindicales de la dirección de UPM, que estaba decidida a destruir el poder sindical que ostentan sus obreros, miembros de Paperiliitto.
Este ataque de la dirección de UPM no logró destruir al sindicato ni al sistema de negociación colectiva, así como tampoco logró determinar las condiciones y el pago de manera unilateral sin la representación de los trabajadores por parte de Paperiliitto.
Además, la insistencia de UPM en empeorar las condiciones de empleo, tal como mediante la adición de una gran cantidad de horas laborales anuales sin un aumento del salario, no dio frutos. Esta sólida huelga, en última instancia, obligó a la empresa a aceptar el reclamo sindical de condiciones y aumentos salariales alineados con el estándar de la industria. Estos beneficios también se incluyen en el nuevo convenio colectivo.
Se estima que las pérdidas económicas de UPM a raíz de la huelga fueron de entre dos y tres millones de euros por día, además del daño a largo plazo que sostuvo la reputación de la empresa ante sus clientes, tanto socialmente como con respecto a su fiabilidad para cumplir con sus obligaciones contractuales. Se estima que el costo total de la huelga para la empresa fue de hasta 300 millones de euros.
La huelga también supuso un costo económico para los miembros y el sindicato nacional. El Sindicato Industrial de Finlandia, Teollisuusliitto, otro afiliado de IndustriALL, aportó 2,2 millones de euros al fondo de huelga de Paperiliitto.
El ataque ideológico de la empresa contra el poder sindical también afectó al sindicato de trabajadores no manuales afiliado a IndustriALL, Ammattiliitto Pro. Sus 500 miembros en UPM, que ocupan puestos administrativos, han visto vulnerado su derecho a la negociación colectiva a causa de la recategorización de sus contratos por parte de la empresa. UPM está obligada por ley a mantener las condiciones laborales existentes para estos empleados, y el sindicato seguirá proporcionando asesoramiento legal si la empresa intenta reducir sus beneficios.
Tom Grinter, director del sector en IndustriALL, expresó:
“Los miembros de Paperiliitto en UPM han inspirado a todos los trabajadores del papel alrededor del mundo. Parándose fuerte y unidos contra los enérgicos ataques de la empresa, los miembros de Paperiliitto enviaron el mensaje a todas las empresas papeleras de que los derechos sindicales no serán vulnerados, así como les demostraron a todos los trabajadores del papel que la acción colectiva puede ganar batallas difíciles”.
El presidente de Paperiliitto, Petri Vanhala, declaró:
“Gracias a los miembros de Paperiliitto en UPM, que mantuvieron esta sólida huelga, se logró un convenio colectivo para toda la empresa. Esta huelga defendió el derecho a la negociación. El comportamiento de UPM fue un mal ejemplo de relaciones laborales, y esperamos que ahora las empresas respeten más a los trabajadores al ver que son capaces de mantener 112 días de huelga”.