17 mayo, 2024La empresa General Motors (GM) anunció el cierre abrupto de sus unidades productivas en Colombia y Ecuador como parte de una reestructuración de su modelo de negocio, para impulsar la transformación de la industria hacia un futuro sin emisiones. Los trabajadores demandan una transición donde les aseguren estabilidad laboral y la reconversión de la mano de obra, en caso de ser necesario.
GM informó el 26 de abril de forma unilateral que cerraba ambas plantas de ensamble y fabricación para transformar el negocio a un modelo de compañías nacionales de comercialización de vehículos y servicios postventa. Las operaciones de fabricación cesaron inmediatamente en la planta de Colmotores de Colombia y la fabricación cesará en la planta de OBB en Ecuador a finales de agosto de 2024.
Según el trabajador de GM en Colombia y miembro del sindicato, Juan Romero, la empresa los convocó a una “reunión obligatoria de negocios” en distintos hoteles de Bogotá de a 20 trabajadores donde sorpresivamente les informó la noticia a través de un video y les ofreció un mutuo acuerdo individual y no negociable para finalizar las relaciones laborales. La opción era firmar eso o proceder a un despido colectivo.
El sindicato orientó a que no firmaran y se reunió con el Ministerio de trabajo, quien envió una comisión de inspección a la empresa para que constatara el cese de las operaciones y solicitó que las organizaciones sindicales ingresaran. Sin embargo, la empresa no lo permitió.
El Ministerio emitió un acta donde dejó constancia del trato hostil de la empresa, que se trató de un cese unilateral y abrupto por parte de GM, y emitió unas medidas cautelares donde le prohibió iniciar cualquier acción administrativa para solventar todas las sociedades de GM, y la obligó a mantener el vínculo laboral inclusive con los trabajadores que firmaron los mutuos acuerdos previamente. Sin embargo, la empresa no respetó este fallo judicial y envió telegramas a los trabajadores que habían firmado el mutuo acuerdo informándoles que no les pagarían la quincena.
Respecto al impacto que significa esta decisión para los trabajadores de ambos países, la empresa se comprometió por escrito en el comunicado a apoyarlos durante la transición y dijo que desarrolló un plan de cierre de los contratos laborales, y un amplio y sólido programa de reubicación laboral. Sin embargo, Romero aseguró que la empresa no participó a los trabajadores en el plan de cierre ni les dio una propuesta para realizar una transición con una reubicación laboral:
“GM no desarrolló ni nos avisó sobre un plan de cierre. Fue abrupto, hostil, crudo y duro. No hay una transición para los trabajadores, porque no existe un programa de reubicación ni reconversión laboral. A los trabajadores que firmaron el mutuo acuerdo únicamente les ofrecieron una asesoría sobre cómo enfrentar una entrevista de trabajo y los incluyeron en una bolsa de trabajo, sin reubicarlos en otro empleo.
Nosotros queremos una transición justa, tenemos capacidades, estamos listos, y le dijimos al gobierno que estamos disponibles para reconvertirnos y trabajar en el nuevo modelo de negocios de GM o en otra empresa. Desafortunadamente, creemos que el plan de GM es cerrar la planta, liquidar a los trabajadores antiguos, acabar el convenio colectivo y en 2 o 3 años reabrir la planta con nuevos trabajadores que ganen el salario mínimo, sin sindicato y sin convenio colectivo.”
En tanto, el vicepresidente nacional de la CEDOCUT de Ecuador y ex secretario general del comité de empresa de GM y del sindicato de trabajadores de ómnibus BB, Edwin Vedolla, dijo:
“El cierre de la planta en Ecuador afecta as 300 trabajadores de forma directa y a más de 5000 trabajadores indirectamente por la cadena de producción. Distintos accionistas chinos mostraron interés en comprar la planta, lo cual hubiera permitido que se quedaran con una plantilla de trabajadores.
Le presentamos esta opción al gobierno, al Ministerio de trabajo e industria, pero prefirieron no intervenir, porque dijeron que no podían hacer nada debido a que la empresa ya había tomado la decisión de cerrar y no vender. Únicamente dijeron que podían vigilar que se le paguen todas las compensaciones a las que tenían derecho los trabajadores. La intención de GM no era vender la planta, ni dejar la infraestructura para evitar tener competencia.”
Finalmente, el secretario regional adjunto de IndustriALL Global Union, Cristian Alejandro Valerio, expresó:
“Nos solidarizamos con el duro momento por el cual están pasando nuestros compañeros tanto en Colombia como en Ecuador, y nos ponemos a disposición de sus organizaciones sindicales para intentar ayudarlos a revertir esta situación.
A su vez, instamos a la empresa GM a revisar su decisión y a entender que, más allá de su sus negocios y su rentabilidad, las empresas también cumplen un rol social en nuestros países. Por esta razón, muchas veces son beneficiadas con exenciones impositivas, subsidios, de parte de los estados.”