4 julio, 2024Miles de trabajadores centroamericanos se enfrentan a un futuro incierto después de que Delta Apparel Inc. anunciara una repentina suspensión de sus operaciones, alegando dificultades financieras. El anuncio desató protestas y puso de manifiesto la precaria situación que padecen los trabajadores del sector de la maquila en la región.
El 7 de junio, se notificó por vía digital a los trabajadores de las instalaciones de Delta Apparel en Honduras que la empresa no podía pagar los salarios ni otras prestaciones, y que ello daría lugar a una suspensión inmediata de 120 días sin goce de sueldo. Esta noticia inesperada provocó protestas, y los manifestantes exigieron que los ejecutivos de la empresa abordaran la situación. La respuesta policial a las protestas fue contundente, con gases lacrimógenos y cañones de agua, y se prolongó la ocupación de la entrada de la Zona Franca.
En Honduras, las negociaciones urgentes en las que participó la Federación Independiente de Trabajadores de Honduras (FITH), afiliada a IndustriALL, condujeron a un acuerdo de pago de salarios y prestaciones el 5 de julio, pero, a pesar de este acuerdo, los trabajadores siguieron sin conocer los próximos pasos de la empresa. Los trabajadores se vieron aún más angustiados al enterarse de que Delta Apparel estaba subastando sus bienes, lo que les impedía llevar a cabo un embargo cautelar para obtener sus reclamaciones.
Delta Apparel ha sido un empleador importante en Honduras durante casi treinta años, con unos 2400 trabajadores en Delta Honduras, Delta Cortés y Ceiba Textiles. La crisis del sector de la maquila, que ha provocado una oleada de cierres de fábricas y la pérdida de 34.000 empleos solo en 2023, ha tenido efectos devastadores sobre los trabajadores, las economías locales y el tejido social del país.
La situación es igual de desoladora en El Salvador, donde la Federación de Asociaciones y Sindicatos Independientes (FEASIES), afiliada a IndustriALL, informó que Delta Apparel ha vendido su planta Delta Plant Textiles La Paz LLC. La empresa indicó que, aunque la planta conservará su nombre, se someterá a una reestructuración que dará lugar a importantes pérdidas de puestos de trabajo. Hasta la fecha, 600 trabajadores ya han perdido sus empleos, y la empresa se ha negado a facilitar información sobre los nuevos propietarios o detalles del proceso de reestructuración.
“Las acciones de Delta Apparel violan las leyes nacionales y las normas internacionales del trabajo, así como contradicen las normas de diligencia debida que exigen que las empresas dialoguen con las partes interesadas, ofrezcan transparencia y mitiguen los efectos adversos para quienes se ven afectados por sus actividades, como los trabajadores y sus sindicatos. Pedimos a Delta Apparel que se reúna urgentemente con IndustriALL y sus afiliados para garantizar el cumplimiento de los derechos laborales y procesos significativos de diligencia debida”,
declaró Atle Høie, secretario general de IndustriALL.
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