7 abril, 2022La violencia de género y el acoso sexual siguen siendo moneda corriente en el sector minero de África subsahariana, según los testimonios de algunas de las 30 personas que participaron en un taller de capacitación celebrado en Johannesburgo del 5 al 6 de abril.
Algunas participantes del taller sobre acoso y violencia de género (VBG), que forma parte de la capacitación de IndustriALL Global Union para implementar el Convenio 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, compartieron historias conmovedoras de intentos de violación y acoso sexual en África subsahariana.
En el taller también se relataron casos de explotación sexual a cambio de beneficios económicos, incluso de parte de supervisores, en el sector de la energía en Zimbabue. Además, el manoseo de las mujeres en las jaulas que transportan a los trabajadores a las minas subterráneas se planteó como un problema grave que requiere la atención inmediata de los sindicatos y las empresas mineras, ya que continúa ocurriendo.
Mosela, que trabaja como operadora de máquinas en una mina de oro sudafricana, relató el intento de violación que sufrió:
“En ese momento estaba embarazada de cinco meses y trabajaba con un colega varón en la sala de control. Estaba haciendo horas extras para complementar mi salario, ya que por ley las embarazadas no pueden trabajar bajo tierra. No obstante, se redujeron mis prestaciones, ya que solo podía trabajar en la superficie. El supervisor me pidió que le preparara café en su oficina, ya que nos habíamos quedado sin suministros en la sala de control.
Entonces me siguió y me dijo que quería tener sexo conmigo para ‘contribuir a la crianza de tu bebé por nacer’. Me sentí ofendida e insultada por sus declaraciones y pretensiones, y por cómo me hablaba como si fuéramos pareja. Avanzó hacia mí para arrinconarme contra el escritorio de la oficina, pero lo empujé y salí corriendo de allí. Quedé traumatizada: él era un colega de rango superior en el que yo confiaba y respetaba. Tuve pesadillas durante meses después del intento de violación”.
Durante el encuentro también se narró otro caso de intento de violación que ocurrió en un taller sindical en Ruanda. Durante cinco días, mientras participaba en el taller, Nambi fue víctima de acoso sexual de parte de un dirigente sindical, que le enviaba mensajes y fotos inapropiados.
“Fue una experiencia horrible. Insinuaba que quería tener sexo conmigo y me seguía a todas partes, incluso cuando tomaba el ascensor del hotel. Y quedé en shock cuando lo encontré desnudo en mi habitación. ¡El hotel le había dado las llaves!”
Nelly, por su parte, sufrió acoso sexual poco después de conseguir trabajo en una mina de carbón a cielo abierto en Sudáfrica.
“Me sorprendió la atención excesiva que recibí de parte del supervisor asistente, que me proporcionaba un medio de transporte al trabajo todos los días. Sin embargo, en un momento me sentí abrumada y se lo comuniqué al supervisor, quien le avisó al asistente. Entonces, él comenzó a ignorar mis llamadas y mensajes cuando necesitaba transporte desde el pozo después del trabajo. Tuve que caminar hasta la superficie, poniendo en peligro mi vida, ya que por los caminos de la mina circula maquinaria pesada. Aunque informé de esta situación a los delegados sindicales, estos no actuaron a tiempo y tuve que conseguir otro medio de transporte con otra trabajadora”.
Después de la presentación de Hermien Botes de Anglo-America sobre cómo la empresa está combatiendo el acoso y la violencia de género, los participantes, aunque apreciaron los esfuerzos de esta firma, manifestaron que desean que este problema se resuelva a nivel de toda la industria minera y no en las empresas individuales.
Lisa Sumi, de la Iniciativa para el Aseguramiento de la Minería Responsable (IRMA), afirmó que las normas IRMA obligan a las empresas del sector a tomar medidas para prevenir y abordar la discriminación, el acoso sexual y la violencia en las minas. Además, los procesos de certificación de IRMA exigen la existencia de mecanismos de reclamos de los trabajadores para dar respuesta a las denuncias de forma oportuna.
Rose Omamo, copresidenta de IndustriALL para África subsahariana, expresó:
“La información exhaustiva compartida en este taller pone de manifiesto la necesidad de combatir el acoso y la violencia de género y lo que debemos hacer para promover la implementación del Convenio 190. Las y los participantes intercambiaron información personal derivada de sus experiencias laborales, incluso en organizaciones sindicales. Se necesitan más talleres de este tipo para proporcionar un espacio a las trabajadoras para compartir sus experiencias”.
“Apoyamos firmemente las propuestas de los representantes sindicales de crear políticas internas para poner fin a la violencia de género y el acoso sexual en el trabajo y en los sindicatos”,
declaró Kathrin Meißner, directora del Centro de Competencia Sindical para África Subsahariana de la Friedrich Ebert Stiftung (FES-TUCC).
El taller se llevó a cabo con el apoyo del FES-TUCC y fue facilitado por la experta en género y trabajo Bashiratu Kamal, de origen ghanés.