20 abril, 2022Después luchar durante 37 años, la sindicalista coreana Kim Jin-suk se reincorporó al astillero Yeongdo, ubicado en Busan.
El 25 de febrero, cientos de miembros del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Corea (KMWU), afiliado a IndustriALL Global Union, se enfrentaron a las bajas temperaturas para asistir a la histórica ceremonia de reincorporación.
Kim agradeció a los miembros del KMWU por luchar incansablemente por su reintegro, y afirmó que esperaba que esta reincorporación histórica allanara el camino hacia una legislación que diera acceso a la justicia y a recursos para los trabajadores que, en la lucha por la democracia durante la dictadura de Corea, de 1961 a 1987, sufrieron despidos injustos y la violencia patrocinada por el Estado.
El presidente del KMWU, Yoon Jang-Hyeok, expresó:
“Durante la dictadura militar, trabajadores como nuestra compañera Kim Jin-suk se enfrentaron a la violencia patrocinada por el Estado, al hostigamiento hacia las personas de izquierda y a secuestros, torturas y despidos injustos mientras luchaban por la democracia dentro del sindicato. La historia ha demostrado que pelear por el sindicalismo democrático es importante para lograr un cambio social.
Por más que esto no devolverá a la vida a los camaradas caídos, como Park Chang-soo, Kim Joo-ik, Kwak Jae-kyu, Choi Kang-seo y Kim Guem-sik, y que esta reincorporación ha tomado demasiado tiempo, nos complace que ella haya hecho historia al volver al astillero y comer en la cantina junto con sus colegas, por los que se sacrificó toda la vida”.
Kim se unió a Korean Shipbuilding Corporation como soldadora en 1981. Después de que ella y sus compañeros de trabajo protestaran contra las condiciones insalubres de los alimentos y lucharan para transformar un sindicato amarillo, dirigido por funcionarios sindicales corruptos, en uno democrático, la empresa la despidió en 1986.
En 1989, cuando la empresa cambió de dueños y pasó a ser Hanjin Heavy Industries and Constructions (HHIC), la nueva dirección se negó a reintegrarla.
Incluso después de su despido, Kim siguió solidarizándose con los trabajadores de los astilleros, así como desempeñó un papel fundamental en la impugnación de los despidos colectivos de la empresa en 2003 y 2011.
En 2011, como protesta por el despido de 400 trabajadores, Kim ocupó una grúa para astilleros de 115 pies durante 309 días. Esta acción audaz impulsó el movimiento Hope Bus (“el Autobús de la esperanza”) y condujo a la reincorporación de 94 miembros del sindicato.
En el invierno de 2021, emprendió una marcha de 34 días desde Busan a Seúl hasta la oficina de Moon Jae-in, el presidente de Corea, para exigir su reincorporación. El mandatario no respondió a su pedido. En cambio, fueron sus compañeros de trabajo en la sección sindical del KMWU en Hanjin Heavy Industries quienes llegaron a un acuerdo con el empleador, HJ Shipbuilding & Construction (HJSC), el 23 de febrero de este año. Como Kim ha alcanzado la edad de jubilación, las negociaciones sobre las condiciones continuarán después de la ceremonia.
En su ceremonia de reincorporación, además de pedir a los políticos que promulguen una legislación que reforme el Banco de Desarrollo de Corea, Kim reclamó a las autoridades que enmienden la Ley de Homicidio Corporativo para poner el foco en las familias sobrevivientes de los trabajadores que perdieron la vida, que promulguen una ley integral contra la discriminación que proteja a las mujeres y a las personas LGBT, migrantes y discapacitadas, que legislen para restaurar el honor de otros trabajadores caídos en la lucha por la democracia y que intervengan para resolver los problemas de los trabajadores precarios de Asahi Glass, Asiana KO, el Servicio Nacional de Seguro de Salud y Korea Expressway Corporation.
“A pesar del largo y sinuoso camino hacia esta reincorporación, la lucha de 37 años por los derechos y la dignidad de los trabajadores es notable y merece una página en la historia del movimiento obrero asiático. Gracias, compañera Kim Jin-suk, por lo que has hecho por los trabajadores de los astilleros coreanos”,
declaró Shinya Iwai, secretaria regional de IndustriALL para el Sudeste Asiático.