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3 julio, 2020Las organizaciones sindicales de Brasil reportaron un aumento de casos y víctimas por la COVID-19 en las empresas del sector minero. Si bien los sindicatos intentan negociar protocolos de seguridad con las mineras, no todas entablan un diálogo con ellos.
Brasil tiene casi un millón y medio de contagios por COVID-19 y pasó las 60.000 muertes, según datos oficiales del Consejo Nacional de Secretarios de Salud. Uno de los sectores que se ve más afectado por el brote de contagios, según reporta la central sindical CUT, es el sector minero.
Esto se debe principalmente a que el gobierno de Jair Bolsonaro lo consideró como una actividad esencial para la sociedad y “uno de los principales medios para revivir la economía del país en el nuevo escenario post-pandémico”, a partir de un decreto presidencial del 29 de abril.
La CUT reportó que en la empresa Vale en Parauapebas murieron 61 trabajadores y más de 1600 fueron contaminados, mientras que 188 trabajadores fueron contaminados en la unidad minera de Vale en Itabira. El Tribunal Laboral Regional de la 3a Región ordenó a la minera que suspendiera todas las actividades en el complejo de Itabira a partir del 5 de junio, al constatar el brote de contagios por Covid-19.
La suspensión se mantuvo vigente hasta el 17 de junio, cuando la Subsecretaría de Inspección del Trabajo concluyó en su informe técnico que la compañía había tomado medidas adicionales suficientes para mitigar el riesgo de contaminación de los trabajadores durante sus actividades laborales.
La co-presidenta del Comité Ejecutivo de IndustriALL Global Union, co-coordinadora global del sector de minería de IndustriALL y presidenta de la CNQ/CUT (afiliada a IndustriALL) Lucineide Varjão dijo:
”Aunque las empresas del sector minero establecen protocolos para evitar el el hacinamiento en el lugar de trabajo, estas acciones no tienen el resultado esperado. El crecimiento de la contaminación ocurre en todas las empresas sin excepción y la propagación de la enfermedad se extiende a las comunidades urbanas e indígenas alrededor de las minas.
Los sindicatos tratan de negociar protocolos de seguridad con las empresas, pero no todas negocian con ellos: hay compañías como Kinross que optaron por llegar a un acuerdo directo con los trabajadores y sacaron al sindicato de la negociación. Muchas prefieren imponer medidas en lugar de aceptar el diálogo con las organizaciones sindicales.”
A su vez, Varjão comentó que la Federação Nacional dos Trabalhadores em Extração Mineral do Brasil (Fitem) realizó una encuesta en la que participaron 8 sindicatos que representan a trabajadores de las 12 empresas principales del sector (entre ellas, Mosaico Fertilizantes P&K y Alcoa). Los resultados arrojaron que las empresas adoptaron medidas como el teletrabajo, la reducción de horas de trabajo y salarios, anticipación de vacaciones y la retirada de trabajadores de grupos de riesgo.
Aún así, en 11 de las 12 empresas encuestadas reportaron que hubo trabajadores contaminados, el 37% de las empresas encuestadas tuvo víctimas mortales y no habían cifras oficiales porque las empresas no le ofrecen a los sindicatos acceso a la información.
Finalmente, Varjão concluyó:
“Lo que esperamos es que haya un mayor control del contagio en las empresas, que le realicen pruebas a todos los trabajadores (incluidos los trabajadores subcontratados y la población circundante).
Anhelamos que las medidas y protocolos se negocien con los sindicatos, que la pandemia se controle en las comunidades vecinas y que haya una investigación de las causas de muerte para averiguar si se deben o no a la COVID-19.”