6 enero, 2014IndustriALL Global Union, UNI Global Union y la Confederación Sindical Internacional (CSI), denuncian la atroz y violenta represión contra los trabajadores de la confección en huelga en Camboya, de parte de las fuerzas de seguridad y grupos de vigilantes respaldados por el gobierno.
Los trabajadores han realizado manifestaciones pacíficas para exigir un aumento del sueldo mínimo. Este viernes, al menos cuatro trabajadores fueron muertos y 39 resultaron heridos durante la represión por las fuerzas de seguridad. Los sindicalistas y defensores de los derechos laborales han sido víctimas de ataques cuando los trabajadores exigían un salario mínimo por encima de los US$100 mensuales que ofrecía el gobierno, que dista mucho de ser suficiente para cubrir el costo de la vida, que aumenta constantemente. Más de 23 trabajadores han sido detenidos, su paradero desconocido, y se ha citado a los tribunales a varios dirigentes sindicales.
Jyrki Raina, Secretario General de IndustriALL, dijo: "El derecho de huelga para reclamar un salario mínimo más alto está sólidamente protegido por el derecho internacional de la libertad de sindicación, consagrado en el Convenio 87 de la OIT, convenio que fuera ratificado en 1999 por el gobierno de Camboya. Las amenazas, detenciones y asesinato de sindicalistas por ejercer sus legítimas actividades sindicales constituye un gravísimo atropello a la mencionada legislación laboral; estas acciones ilegales deben ser denunciadas enérgicamente. Los fabricantes de prendas de vestir deben abandonar de inmediato su política de promover esa violencia."
Philip Jennings, Secretario General de UNI Global Union, dijo: "En Bangladesh hemos sido testigos de cómo la carrera para reducir al mínimo los costos en el sector de la confección ha llevado a la muerte y la destrucción. Los trabajadores de la confección de Camboya también se hallan en peligro. Esta ola de legítima protesta de los trabajadores, clamando por condiciones de trabajo justas y un salario digno no debe ser acallada con violencia." Jennings agregó: "Las marcas internacionales que están conectadas con estas fábricas en Camboya tienen la responsabilidad de mejorar las condiciones de trabajo. Con el Acuerdo sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Instalaciones de Sistemas contra Incendios en Bangladesh hemos visto que es posible efectuar un cambio radical".
"El gobierno de Camboya debe volver a la mesa de negociaciones y acordar un salario justo para los trabajadores de la confección, abandonando la represión dictatorial contra una huelga legítima de los trabajadores. Se debe liberar inmediatamente a todos los detenidos, y garantizar que los responsables de los asesinatos y la violencia sean llevados ante la justicia", dijo Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
Los sindicatos camboyanos están solicitando un sueldo mínimo mensual de hasta US$160. Los dueños de las fábricas han respondido ofreciendo bonos y ajustes salariales a condición de que los trabajadores renuncien a las huelgas; estos ajustes son muy inferiores al nivel necesario para poder sobrevivir. Los empleadores del sector de la confección, industria con exportaciones anuales de US$ 5 mil millones, y que el año pasado aumentó la producción en más de un 20%, han resistido los intentos de mejorar y hacer cumplir las leyes laborales y de denunciar públicamente a las empresas que infringen la ley. De hecho, la Asociación de Fabricantes de Prendas de Vestir de Camboya (GMAC) ha jugado un papel malintencionado en esta situación, amenazando con trasladar la producción si el conflicto laboral no se reprime, e incluso, recientemente, esa asociación elogió al gobierno por recurrir al uso letal de la fuerza contra los manifestantes.