3 mayo, 2018El día 2 de mayo, dirigentes sindicales, representantes de los trabajadores/as de Glencore en diferentes partes del mundo, manifestaron sus reclamos a la empresa, frente al lugar donde se realizaba la reunión anual de accionistas de la mencionada compañía, en Zug, Suiza. Del mismo modo, los sindicalistas también presentaron sus reclamos en la reunión de los accionistas. Los dirigentes exigían establecer un diálogo mundial para abordar los graves problemas en las operaciones de la compañía.
Participaron en esta manifestación, tanto en el exterior como en el interior del edificio, representantes sindicales de Australia, Canadá, Colombia, la República Democrática del Congo, Italia, Sudáfrica, España, Suiza y Zambia. Se unieron a ellos representantes de diversas ONG, para crear una alianza sindical y ecológica, “verde-azul”, con la finalidad de combatir las políticas de la compañía.
Hablando fuera de la reunión, celebrada en un casino a orillas del lago Zug, Kemal Özkan, Secretario General Adjunto de IndustriALL Global Union, dijo lo siguiente:
“Glencore juega con las vidas y los medios de subsistencia de la gente. ¡Es bien apropiado que los capitalistas celebren su reunión en un casino! Venimos aquí para denunciar la corrupción que llega hasta el alma de Glencore.
“Nos sentimos escandalizados, indignados, y preocupados por las prácticas que aplica Glencore en los lugares de trabajo, con violaciones de los derechos humanos y sindicales, y malas condiciones de salud y seguridad, aumentando la subcontratación y el trabajo precario. Venimos aquí para dar a conocer la verdadera cara de la empresa, en lugar de la imagen que la compañía quiere presentar”.
Los dirigentes sindicales ofrecieron a los accionistas una sesión informativa en la que destacaron los riesgos que conlleva la conducta de Glencore en lo laboral, social, de regulación y medioambiental. Los sindicalistas incluyeron información que no aparece en el informe anual de la compañía, como, por ejemplo, el cierre patronal que aplicó Glencore en la mina Oaky North en Australia, que le costó a la compañía $450 millones; también explicaron cómo las relaciones laborales abusivas y conflictivas crean disputas perjudiciales para el desempeño de la compañía, de una manera que no beneficia a los accionistas.
Durante la reunión, la delegación sindical planteó una serie de preguntas incómodas para la empresa. Pierre Tshinguz, del TUMEC, organización afiliada a IndustriALL en la República Democrática del Congo (RDC), informó sobre las terribles condiciones en que laboran los trabajadores/as en las minas de Mutanda y Kolwezi, en tanto Claudia Blanco de Sintracarbón en Colombia habló sobre la mala salud y seguridad y la persecución que sufren sindicalistas en la mina de Prodeco. Claude Kabemba de Southern Africa Resource Watch expuso algunos serios problemas que existen relacionados con la extracción de grandes cantidades de riqueza mineral de esa región, con muy poco beneficio para la comunidad local.
Conversando con la delegación sindical después de la reunión, el Director General Ivan Glasenberg se comprometió a organizar una misión conjunta de los sindicatos y la administración de la empresa para visitar la República Democrática del Congo con el fin de investigar los problemas planteados. Anteriormente, IndustriALL había enviado a Glencore un informe sobre su misión a la República Democrática del Congo, en que ofrecía realizar una misión conjunta para mejorar la situación.
La red sindical de Glencore
En los días previos a la reunión, la red sindical de Glencore se reunió en Zúrich para coordinar la campaña. Los dirigentes sindicales hablaron sobre su experiencia: John Silungwe del Sindicato de Trabajadores Mineros de Zambia dijo que cuando se despidió a 4.300 mineros de la mina Mopani, no variaron los objetivos de producción, obligando a los empleados de algunas categorías a pasar demasiado tiempo, a veces más de 24 horas, bajo tierra .
Stephen Smyth, presidente de la división de Minería y Energía de Queensland de la CFMEU, organización australiana afiliada a IndustriALL, se refirió al despiadado cierre patronal en Oaky North, que se extendió por 238 días, donde guardias de seguridad de la compañía siguieron por toda la ciudad a las esposas e hijos de los sindicalistas, sacándoles fotos.
Surgieron temas comunes en los testimonios de los trabajadores y trabajadoras, incluyendo la degradación ambiental, políticas de intimidación contra los activistas sindicales, un enfoque incoherente e irregular ante cuestiones de salud y seguridad, y el hecho de que Glencore afirma frecuentemente que no obtiene beneficios en sus operaciones.
Hablando sobre el medio ambiente, Pierre Tshinguz dijo que después de que se liberaran sustancias químicas tóxicas en Mutanda, desapareció una especie de pez y otras especies disminuyeron drásticamente. Manifestó su preocupación por los niños de la localidad que utilizan esa agua contaminada para lavarse.
Claudia Blanco también informó que, en abril, la compañía derramó aguas residuales que mataron a los peces. Se echa la culpa de los accidentes a los trabajadores/as, y cuando se enferman, son despedidos o los mandan a trabajar en condiciones terribles en una mina que la fuerza de trabajo llama Guantánamo.
Kemal Özkan concluyó diciendo:
Vamos a continuar nuestra campaña hasta que la compañía se comprometa a entablar un diálogo significativo para abordar las violaciones graves en sus diversas operaciones”.