13 octubre, 2015El día 7 de octubre, con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, el gobierno permitió, por primera vez en cinco años, que los sindicatos de Bielorrusia pudieran realizar piquetes públicos,
En efecto, a pesar de que el gobierno había negado permiso, desde 2011, para realizar protestas en ese día, por fin este año se permitió a los sindicatos realizar una manifestación por una hora, el día 7 de octubre, en la ciudad de Minsk. La autorización para esta protesta se concedió faltando apenas unos días para las elecciones presidenciales que fueron celebradas el 11 de octubre recién pasado.
En Bielorrusia predomina el régimen de trabajo precario. En 1999, el Presidente Lukashenko aprobó el Decreto N ° 29, y desde ese entonces todos los trabajadores/as de Bielorrusia se han visto obligados a aceptar contratos a plazo fijo con una duración máxima de tres años. Con este sistema, casi toda la fuerza laboral de Bielorrusia ha tenido que aceptar el cambio; por tanto el empleo permanente en el país fue eliminado. De este modo, ha aumentado la inseguridad e incertidumbre sobre el futuro de los trabajadores y trabajadoras del país.
Participaron en la manifestación realizada en Minsk el 7 de octubre tres de los cuatro sindicatos afiliados a IndustriALL en Bielorrusia: el Sindicato de Trabajadores de la Industria Radioeléctrica y Electrónica de Bielorrusia (REP), el Sindicato Libre de Trabajadores Metalúrgicos (SPM), y el Sindicato Independiente de Mineros, Trabajadores de la Química, Refinería del Petróleo, Energía, Transporte, Construcción y otros de Bielorrusia (BNP).
Los participantes en la manifestación del 7 de octubre aprobaron una resolución que exige que las autoridades tomen medidas “para desarrollar inmediatamente una nueva política económica que pueda resolver los problemas de empleo, estableciendo nuevos puestos de trabajo, importantes aumentos salariales, y modernización de las plantas de producción”.
Los sindicatos independientes también exigieron eliminar los cuatro decretos presidenciales perjudiciales (Nos. 29, 9, 5 y 3) que atentan contra la dignidad humana de los trabajadores y trabajadoras, haciendo imposible lograr trabajo decente.
Nunca hubo ningún debate público ni consultación sobre el decreto No. 29, ni tampoco sobre los decretos emitidos posteriormente, Nos. 9 (2012), 5 (2014) y 3 (2015) que socavan aún más la libertad de los trabajadores y trabajadoras y cualquier posibilidad de proteger sus derechos.
En el Índice Global de los Derechos de la CSI, 2015, Bielorrusia figura entre los diez países que peor tratan a sus trabajadores y trabajadoras, junto con China, Colombia, Egipto, Guatemala, Pakistán, Qatar, Arabia Saudita, Suazilandia y los Emiratos Árabes Unidos.