2 abril, 2020El deficiente desempeño del gobierno de Zimbabue para enfrentar la pandemia de la COVID-19 puede tener consecuencias desastrosas en un país que lucha contra el hambre generalizada, la alta tasa de desempleo, la escasez de agua y una crisis económica, declaró el Sindicato de los Trabajadores de la Energía de Zimbabue (ZEWU), afiliado a IndustriALL.
Martin Chikuni, secretario general del ZEWU, expresó:
“Mientras que las estadísticas de personas infectadas y muertes confirmadas hasta la fecha en Zimbabue debido al coronavirus parecen bajas, creemos que existe una posibilidad inminente de que se produzca una catástrofe dado que nuestro sistema de salud ya está comprometido. La situación se ve empeorada por la crisis socioeconómica en la que se encuentra el país desde hace dos décadas”.
“Al ZEWU le preocupa que el sistema de prestación de servicios de salud colapsado, los hospitales insuficientemente equipados y los complejos equipos que se necesitan para combatir la COVID-19 claramente exceden la capacidad del país. ¿Cómo manejará Zimbabue una crisis de esta magnitud?”.
Las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud y Asistencia a la Infancia señalan que al 31 de marzo solo se realizaron 274 pruebas. Las cifras también indican que no se examinaron ni evaluaron a las más de 16.000 personas que llegaron de países con casos conocidos de COVID-19.
Un hospital especializado en enfermedades infecciosas en Harare, identificado como uno de los centros de tratamiento para el coronavirus, no contaba con respiradores y actualmente se encuentra en obras.
Uno de los métodos de prevención de la COVID-19 es lavarse las manos con agua y jabón, pero las ciudades de Zimbabue, incluida la capital –Harare–, no cuentan con un suministro regular de agua, y los habitantes han recurrido a cavar pozos.
Joseph Tanyanyiwa, presidente del consejo de coordinación nacional de IndustriALL en Zimbabue, que representa a cinco afiliados en las industrias de productos químicos y plásticos, energía, confección y textil, cuero y calzado, expresó que la respuesta de Zimbabue a la COVID-19 es muy puntual y no particularmente proactiva.
“Parece que la estrategia para la cuarentena es que las personas se queden en sus casas, y que solo se las examine y evalúe cuando ya están enfermas. La cuarentena será difícil para los trabajadores informales, que son mayoría en el país, dado que gran parte de ellos no tiene planes de contingencia y veintiún días es mucho tiempo sin recibir ingresos”.
El sindicato manifestó que le preocupa que el país continúe sufriendo escasez de combustible y alimentos básicos, como la harina de maíz y gacha.
“La gente se aglomera para conseguir productos básicos, lo que dificulta el distanciamiento social. La escasez de combustible y el uso del transporte público, especialmente los autobuses sobrecargados, comprometen la situación”.
El ZEWU está realizando una campaña para lograr la licencia paga y la seguridad laboral para los trabajadores durante los 21 días de cuarentena. El sindicato también quiere que los empleadores proporcionen equipos de protección personal para detener la propagación del coronavirus, ya que la mayoría de sus miembros interactúan con el público en sus trabajos.
El sindicato también proporciona información sobre la COVID-19 a sus miembros y ha establecido un centro de comunicaciones común para que los miembros se comuniquen con el sindicato cuando necesiten ayuda.