13 mayo, 2020El Sindicato de Trabajadores del Petróleo de Nigeria (NUPENG), afiliado a IndustriALL Global Union, reclama justicia para uno de sus miembros, Chibuisi Chikezie Okameme, quien fue asesinado a tiros por un oficial de policía de la patrulla de cumplimiento por la COVID-19 mientras trabajaba en el estado de Abia el pasado 5 de abril.
El uso de medidas desproporcionadas por las fuerzas de seguridad durante el confinamiento ha sido condenado por los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil y la Comisión Nacional de Derechos Humanos del país (NHRC). La NHRC afirma que la policía y otras fuerzas de seguridad mataron a 11 personas durante la aplicación del confinamiento por la COVID-19 y violaron varios derechos humanos.
La mayoría de las violaciones incluyeron la libertad de movimiento, arrestos y detenciones ilegales, confiscación de bienes, violencia sexual y de género, tortura, tratos inhumanos y degradantes, y extorsión.
Okameme era un empleado de la gasolinera de Greenmac Energy en la ciudad de Aba. NUPENG exige que la familia Okameme sea indemnizada y que el gobierno investigue el asesinato.
El presidente y el secretario general de NUPENG, Williams Eniredonana Akporeha y Afolabi Olawale señalan en un comunicado:
“La vida de los trabajadores es valiosa, y haremos todo lo posible para obtener justicia. Se debe llevar a cabo una debida investigación y se deben tomar otras medidas apropiadas para detener a otros oficiales de gatillo fácil. Los oficiales de policía deben ser instruidos para entender que se espera el uso de una fuerza mínima en momentos en que se encuentran entre población civil desarmada”.
“Sin embargo, creemos que es seriamente perturbador el desafortunado silencio del gobierno del estado de Abia sobre el gravísimo asesinato de un trabajador en la primera línea de la lucha contra la COVID-19, y exhortamos urgentemente al gobierno federal a que intervenga en este asunto antes de que se degenere más”.
La secretaria regional de IndustriALL para el África Subsahariana, Paule France Ndessomin, afirmó:
“La mano dura de la policía en Nigeria haciendo frente a las regulaciones del confinamiento a causa de la pandemia del coronavirus es aterrador. La vigilancia del orden público durante la pandemia debe apuntar a hacer campaña por controles sanitarios, distanciamiento social y la realización de análisis, y no hacia el uso de la fuerza letal en trabajadores desarmados y civiles”.
Con la pandemia aún lejos de terminar, el confinamiento se ha extendido en algunos estados y flexibilizado en otros, dependiendo de varios factores locales.
Según el Centro de Control de Enfermedades de Nigeria, el 12 de mayo el país tenía 4787 casos confirmados de COVID-19, mientras que 959 personas estaban recuperándose tras ser dadas de alta del hospital. Hasta ahora se han registrado 158 muertes, y dos casos en el estado de Abia.