6 septiembre, 2017Faltando apenas un mes para el 7 de octubre, fecha en que IndustriALL Global Union protestará contra el trabajo precario, echamos un vistazo retrospectivo a la enorme lucha realizada por el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Corea (KMWU), organización afiliada a IndustriALL, en Hyundai Motor Company.
El KMWU logró triunfar gracias a una campaña que duró más de diez años, que incluía una combinación de huelgas, protestas y batallas judiciales. Junto con su sindicato afiliado, el Sindicato de Trabajadores Eventuales de Hyundai, KMWU consiguió puestos de trabajo permanentes para 6,000 trabajadores/as a contrata en Hyundai Motor Company en Corea.
La campaña para transferir a los trabajadores/as eventuales a la categoría de empleados permanentes en Hyundai comenzó en 2004, cuando el Sindicato de Trabajadores Eventuales de Hyundai Motor y el KMWU pidieron al Ministerio de Trabajo de Corea poner fin a la cesión ilegal de trabajadores/as en esa empresa.
Esta medida se originó después de conocerse los resultados de una encuesta conjunta de trabajadores/as a contrata en Hyundai Motor, realizada por KMWU. Esta encuesta develó que, en las plantas de Hyundai Motor en Corea (cuya fuerza de trabajo está constituida por 60.000 trabajadores/as), de 10.000 trabajadores/as a contrata, unas 9.300 personas se hallaban en condiciones de empleo ilegales como subcontratistas.
Bajo la Ley de Protección de Trabajadores Cedidos de ese país, se prohíbe que los trabajadores/as a contrata sean cedidos para hacerlos trabajar en las cadenas de montaje de la industria manufacturera. Además, se exige que los trabajadores/as a contrata sean contratados como empleados de planta si trabajan por más de dos años en el mismo cargo.
Sin embargo, en las cadenas de montaje de Hyundai, se empleaba a miles de trabajadores/as subcontratados para trabajar junto a los trabajadores/as de planta; utilizaban las mismas herramientas que los trabajadores/as de planta, y su trabajo era dirigido por la administración de Hyundai, pero el sueldo que percibían era inferior en un 50%, sin prestaciones sociales, ni seguridad de sus puestos de trabajo. Muchos trabajadores/as subcontratados llevaban más de dos años realizando las mismas tareas. Este tipo de empleo disimulado suele usarse con mucha frecuencia en la industria manufacturera surcoreana.
A pesar de que el Ministerio de Trabajo había emitido una orden administrativa que reconocía la ilegalidad de la subcontratación de trabajadores/as de Hyundai en sus plantas de Ulsan, Asan y Jeonju, la empresa no regularizó a estos trabajadores/as, prefiriendo, en su lugar, pagar las multas mínimas que había incurrido. Continuó la cesión ilegal de mano de obra cuando, en 2005, las autoridades decidieron no interponer una acción judicial contra Hyundai Motor, aún después de que el Ministerio opinara que se debía formular cargos contra la compañía.
A principios de 2005, cuando más de 200 trabajadores/as subcontratados iniciaron una huelga para exigir contratos permanentes, 100 de ellos fueron despedidos. Uno de los trabajadores despedidos, Ryu Ki hyuk, estaba tan desesperado que se suicidó
Durante un prolongado período en que se avanzaba muy lentamente, el Sindicato de Trabajadores Eventuales de Hyundai continuó su campaña de protesta junto con el KMWU, que insistió en su demanda en los tribunales por el empleo ilegal de trabajadores a contrata.
En julio de 2010, se produjo un avance importante, cuando el Tribunal Supremo de Corea falló a favor de Choi Byeong-seung, miembro del Sindicato de Trabajadores Eventuales de Hyundai, que había sido despedido después de trabajar durante tres años para un subcontratista interno.
El Tribunal Supremo dictaminó que Choi era indudablemente un trabajador cedido en forma ilegal y que, a partir del día después de haber pasado dos años consecutivos trabajando en la planta, debía ser calificado como empleado directo de Hyundai. Este dictamen del Tribunal Supremo también implicaba que se confirmaba que todos los trabajadores subcontratados en Hyundai Motor fueron objeto de cesión ilegal.
Aunque Hyundai no hizo caso al Tribunal Supremo, este dictamen permitió que el Sindicato de Trabajadores Eventuales de Hyundai Motor desarrollara una campaña de sindicalización, de tal manera que el número de miembros afiliados aumentó hasta llegar a casi 2.000.
A modo de respuesta, Hyundai suspendió su contrato con las empresas subcontratistas, a consecuencia de lo cual los trabajadores/as eventuales perdieron inmediatamente sus puestos de trabajo. Hyundai dio otro paso más, insistiendo que, para que fueran recontratados por la nueva empresa subcontratista, los trabajadores/as tenían que retirar su afiliación al KMWU.
Esta crisis provocó una huelga: los trabajadores/as a contrata se tomaron la planta de Ulsan por 25 días a partir del 25 de noviembre de 2010, exigiendo puestos de trabajo permanentes. La compañía afirmó que la huelga le había costado 21.300 millones de won (que en ese momento equivalía a US$277 millones).
En agosto de 2012, Hyundai Motor presentó una propuesta para transferir a 3.000 trabajadores/as subcontratados a puestos de trabajo permanentes. Pero KMWU consideraba que esto no era suficiente: Choi comenzó una enorme protesta, permaneciendo por 296 días en una torre de alta tensión, exigiendo que Hyundai traspasara a todos los trabajadores/as a contrata a la plantilla de empleados regulares. Su protesta, que recibió gran cobertura de los medios de comunicación en todo el mundo, animó a los trabajadores/as a contrata, quienes rechazaron la oferta de la empresa y comenzaron una ola de huelgas. Por medio de estas acciones, fortalecieron su organización y su poder de negociación contra la compañía, al tiempo que ganaron simpatía pública.
En agosto de 2014, diez años después de haber comenzado el conflicto inicial, Hyundai acordó pasar a 4.000 trabajadores/as a contrata a la categoría de empleados permanentes, lo cual se puso en práctica a finales de 2015. En marzo de 2016, se llegó a un segundo acuerdo, confirmando el empleo de otros 2.000 trabajadores/as a finales de 2017.
Refiriéndose a este positivo avance, Valter Sanches, Secretario General de IndustriALL, afirmó:
“La lucha que ha realizado el KMWU para regularizar a los trabajadores y trabajadoras en Hyundai Motor es un ejemplo que los afiliados pueden usar para luchar contra las compañías multinacionales que disfrazan el trabajo precario usando la externalización y la subcontratación. La heroica campaña del KMWU ha puesto de relieve la conducta de Hyundai. Esta empresa fue objeto de condena universal de parte de políticos, de la sociedad civil y del movimiento sindical en general. Fue esta presión pública, en conjunto con las acciones del KMWU, lo que finalmente ayudó para que la compañía cumpliera con la ley coreana, concediendo contratos permanentes a 6.000 trabajadores y trabajadoras a contrata temporal”.
En la actualidad, Hyundai Motor cuenta con 4.000 trabajadores/as eventuales en Corea, la mayoría de los cuales son empleados a través de contratistas a corto plazo, lo cual se permite bajo la legislación actual vigente. El nuevo Presidente de Corea, Moon Jae-in, prometió eliminar el trabajo eventual en el país, pero pese a su buena voluntad, será una tarea ardua.