31 marzo, 2021El dirigente sindical de 35 años Dandy Miguel fue asesinado el 28 de marzo, en la ciudad de Calamba, luego de presentar casos de ejecuciones extrajudiciales ante la Comisión de Derechos Humanos. Su muerte se suma a la de los más de 50 sindicalistas asesinados desde que el presidente filipino Rodrigo Duterte llegó al poder en 2016.
Dandy Miguel recibió ocho disparos de sicarios no identificados mientras viajaba en motocicleta a su casa desde su lugar de trabajo. Justo antes, Miguel había presentado una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos, en la que criticaba las ejecuciones extrajudiciales de nueve activistas pertenecientes a ONG y sindicatos del 7 de marzo, fecha también conocida como el “Domingo sangriento”, en Calabarzón.
El Domingo sangriento ocurrió luego de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ordenara abiertamente a las fuerzas de seguridad que dispararan a los comunistas en caso de que estos portaran armas. No obstante, ninguna de las víctimas —activistas de derechos humanos y organizadores comunitarios vinculados a organizaciones legítimas— estaba armada.
“Los sicarios de Miguel deben ser arrestados y llevados ante la justicia de inmediato. La familia de Miguel y las otras víctimas deben tener derecho a interponer recursos y obtener reparaciones por parte del Estado”,
expresó el secretario general de IndustriALL, Valter Sanches.
“IndustriALL se suma a los reclamos de la Comisión de Derechos Humanos para que se ponga fin a toda represión contra los defensores de los derechos humanos, incluidas las detenciones ilegales, el acoso y las acusaciones de terrorismo sufridas por los sindicalistas en el país”.
El año pasado, el Consejo Global Unions organizó un día de acción mundial contra las ejecuciones extrajudiciales y el etiquetado de los sindicalistas como “rojos” en Filipinas. El gobierno de este país aún no ha respondido.
Miguel fue presidente del Sindicato Fuji Electric de Filipinas y vicepresidente de Pamantik-KMU, afiliado a IndustriALL a través de la Alianza de Trabajadores Metalúrgicos de Filipinas (MWAP).
Julius Carandang, el portavoz de la MWAP, expresó:
“Condenamos con vehemencia el asesinato de Miguel, quien luchaba por los derechos de los trabajadores en la provincia. Su asesinato es una prueba más de una cultura generalizada de impunidad y un clima hostil para el sindicalismo independiente en el país”.
“La ley antiterrorista, el equipo operativo nacional para poner fin al conflicto comunista local, ha permitido a los militares, la policía y sus seguidores etiquetar a los sindicalistas y activistas desarmados como terroristas. Nos unimos a los sindicatos del país para luchar contra la violencia y la ilegalidad”.
Debido a la pandemia de COVID-19, aún está pendiente una misión de alto nivel de la OIT con respecto a los asesinatos de sindicalistas.