5 diciembre, 2013Siete trabajadores migrantes chinos de la confección murieron en Italia, y tres resultaron heridos en un incendio acaecido el 1o de diciembre de 2013, en una zona industrial de la ciudad de Prato, en la región Toscana.
El incendio ocurrió el domingo por la mañana en un almacén de una fábrica textil, según informaron medios de comunicación locales, donde se hallaban, en la parte superior, dormitorios improvisados, hechos de cartón, a modo de pequeños compartimientos, donde dormían 11 trabajadores.
Según la información que se ha recibido, las víctimas eran inmigrantes chinos.
En los últimos años, el área de Macrolotto en Italia, donde ocurrió la tragedia, que alguna vez fuera una de las mayores zonas industriales, predominantemente del sector textil, ha registrado el mayor deterioro desde la Segunda Guerra Mundial. Al igual que en muchos otros países industrializados, debido a la búsqueda de mayores beneficios, muchas empresas textiles se han trasladado desde Italia a países con mano de obra menos protegida y de más baja remuneración.
Sin embargo, esta crisis no destruyó la industria textil de Macrolotto. De hecho, esta zona registró una nueva etapa de actividad, y desde hace algunos años se han instalado muchas empresas chinas. El llevar etiqueta ̎ hecho en Italia ̎ constituye un factor de valor añadido al producto final. Actualmente, hay más de 4.500 empresas que realizan actividades comerciales en esta zona. Estas empresas emplean a unos 30.000 inmigrantes legales de origen chino y un número incierto de inmigrantes ilegales que trabajan y viven en condiciones precarias y miserables, similares a las que causaron la muerte de los 7 trabajadores.
Según información recibida de FEMCA-CISL, sindicato afiliado de IndustriALL, y que representa a los trabajadores y trabajadoras del sector textil y de la confección, aunque estas empresas se caracterizan por tener un alto volumen de ventas, no respetan las normas laborales nacionales. Además, con frecuencia cierran sus operaciones muy rápidamente, evitando así cualquiera investigación de sus negocios. Su mercado final también opera de forma indirecta. Recientemente, el sindicato se dio cuenta de que estas empresas comenzaban a operar también en otros sectores.
FEMCA está trabajando en dos sentidos: por la representación de los intereses de los trabajadores, independientemente de su país de origen, y promoviendo la cultura, cada vez más fuerte, de legalidad e integración. Sin embargo, este trabajo se ve impedido por el cierre de plantas, lo cual estorba las denuncias legales, y por chantaje contra los trabajadores. El sindicato considera que es necesario contar con un enfoque más amplio que incluya la creación de un órgano institucional especial para hacer mejor seguimiento y coordinación de las medidas que se tomen para hacer cumplir la ley, en particular mediante el fortalecimiento de los organismos públicos. Además, el sindicato considera que las autoridades deben apoyar a aquellas empresas que operan legalmente y que respetan las normas laborales y la dignidad de los trabajadores. Si no se toman ahora estas medidas, el sindicato considera que sólo será cuestión de tiempo para que se produzca otra tragedia.