28 abril, 2023La división del trabajo basada en el género, las diferencias biológicas sexuales, los modelos de empleo y los roles y las estructuras sociales hacen que las mujeres y los hombres se vean expuestos, de distintas maneras, a diferentes tipos de riesgos en el ámbito laboral. Es necesario identificar y reconocer estas diferencias. Las políticas en materia de SSL deben tener una perspectiva de género para garantizar que los lugares de trabajo sean seguros para todas y todos los trabajadores.
La guía del TUC para activistas sindicales sobre el género en la salud y la seguridad laboral (SSL) explica que, en este tema, se suele tratar a todas las personas como si estuvieran en igualdad de condiciones. Cuando se trata de salud y seguridad, se presta menos atención a las necesidades de las mujeres.
Tradicionalmente, los debates y la investigación sobre salud y seguridad se han centrado en la prevención de riesgos en los trabajos visiblemente peligrosos y predominantemente masculinos, tales como la construcción y la minería, donde la gestión inadecuada del riesgo puede conducir a accidentes fatales. Como resultado, las lesiones y enfermedades profesionales de las mujeres, como el estrés laboral o los trastornos musculoesqueléticos, han sido, en gran medida, ignoradas o mal diagnosticadas, reportadas e indemnizadas.
A nivel mundial, los equipos de trabajo, así como las herramientas y los equipos de protección personal (EPP), han sido tradicionalmente diseñados para el tamaño y la forma del cuerpo masculino. Además, como explica la OIT, el diseño de la mayoría de los EPP se basa en las dimensiones y características de las poblaciones masculinas de ciertos países de Europa, Canadá y Estados Unidos. Como resultado, tanto a las mujeres como a muchos hombres se les dificulta encontrar EPP adecuados y cómodos, ya que no se ajustan a este modelo estándar de trabajador masculino.
La desigualdad de género, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo, puede afectar la salud y la seguridad laboral de las mujeres, y existen vínculos importantes entre las cuestiones de discriminación más amplias y la salud. Según la OIT, en general, las mujeres están más expuestas que los hombres a riesgos psicosociales que pueden causar estrés laboral, agotamiento, violencia, discriminación y acoso.
Las responsabilidades adicionales asumidas por las mujeres como trabajadoras remuneradas y cuidadoras no remuneradas de sus familias hacen que sus niveles de estrés permanezcan elevados después del trabajo. La falta de reconocimiento de las diferencias de género puede significar que las políticas, aparentemente neutrales, tengan un impacto diferente sobre las mujeres y los hombres y refuercen las desigualdades existentes. La SSL es un aspecto central de la promoción de la igualdad de género.
“Necesitamos un enfoque sensible al género, basado en el análisis de datos desglosados por sexo y género, que reconozca y visibilice las diferencias entre trabajadores y trabajadoras, identifique sus diferentes riesgos y proponga medidas de control para alcanzar soluciones eficaces para todos y todas”,
declaró Glen Mpufane, director de SSL de IndustriALL.
El Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo exhorta a los empleadores a realizar una evaluación de riesgos con perspectiva de género, que tenga en cuenta los estereotipos de género, las formas múltiples e interrelacionadas de discriminación y la asimetría de poder entre hombres y mujeres.
Consultar a las trabajadoras y las representantes de salud y seguridad en los comités de salud y seguridad es clave para desarrollar una SSL con perspectiva de género.