13 abril, 2016Hay una crisis de seguridad en la industria minera. Pero la solución existe: en el Día Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados, ha llegado la hora de tomar medidas sobre seguridad minera.
En 2010, el mundo contuvo el aliento durante el rescate de 33 mineros chilenos que sobrevivieron 69 días bajo tierra tras el derrumbe de la mina de San José. El gobierno de Chile convirtió lo que debería haber sido una historia sobre seguridad minera en un drama de rescate emocionante y conmovedor que ahora es el argumento de una gran producción de Hollywood.
Pero tres trabajadores, dos de ellos mujeres, atrapados bajo tierra en la mina de oro Lily en Sudáfrica han recibido menos atención internacional: siguen atrapados tras un derrumbe producido el 5 de febrero. Sus familias mantienen la vigilia en el exterior de la mina, pero a pesar de que los primeros indicios apuntaban a que los tres mineros seguían con vida, la esperanza se desvanece rápidamente.
2016 ha sido otro año brutal para las muertes en la minería: en Kentucky, EE. UU., un minero del carbón murió tras ser aplastado por una excavadora. En Komi, Rusia, una explosión causó la muerte de 36 personas. En el Congo, siete trabajadores fallecieron tras el derrumbe de una mina de cobre a cielo abierto, propiedad de Glencore, una de las multinacionales mineras más grandes del mundo.
En abril, una explosión de gas en una mina de carbón de Pakistán dejó cinco fallecidos. Este fue el tercer accidente mortal ocurrido en la misma parte del país en tan solo tres semanas. Se producen muchos más accidentes, la mayoría evitables: en Pakistán, en China, en México y en otros países.
Pero la solución existe desde hace más de 20 años: el Convenio núm. 176 de la OIT sobre Seguridad y Salud en las Minas, respaldado por sindicatos fuertes, puede cambiar la cultura de seguridad. Adoptado en 1995, este Convenio presenta el marco para que los países creen un entorno minero seguro, con requisitos para las empresas y derechos para los trabajadores.
El Convenio responsabiliza a los gobiernos de la creación del marco de implementación, y a los empleados de garantizar la seguridad en las minas. Pero el aspecto más importante del Convenio es el derecho de los trabajadores a una representación de seguridad independiente, así como el derecho a rechazar el trabajo inseguro. Esto permite que los sindicatos se organicen.
Y aun así, solo ha sido ratificado por 31 países. Algunos de los países con los peores registros de seguridad, incluidos Pakistán, China y Chile, no han ratificado el Convenio.
Importantes empresas multinacionales, como Glencore y RioTinto, que deberían liderar la industria en la creación de cultura de seguridad, están haciendo muy poco para evitar los accidentes mortales. La situación no mejorará sola: la crisis mundial de materias primas implica que las ganancias de la minería están en peligro, y la seguridad suele ser la primera víctima cuando se reducen los costes.
La minería es un trabajo peligroso, y la firma de un papel no es suficiente por sí sola para cambiar las cosas. El Convenio debe implementarse, lo que implica la creación de un mecanismo legal y de inspección a nivel nacional que garantice que las minas tengan la máxima seguridad posible.
Cuanto más fuerte sea el sindicato, más segura será la mina: la clave para la implementación del Convenio y el cambio en la cultura de seguridad de la industria minera reside en sindicatos con poder y representantes de seguridad cualificados. Los sindicatos crean una cultura de seguridad desde los cimientos.
Ya estamos consiguiendo cambios. En 2014, 301 mineros fallecieron en el trágico homicidio industrial de Soma, Turquía. Para subrayar la falta de respeto de la empresa hacia sus trabajadores, sus colegas fueron despedidos por mensajes de texto cuando la mina cerró. Pero después de una fuerte campaña sindical liderada por IndustriALL, Turquía ratificó el Convenio.
Este es el primer paso para garantizar que accidentes como este, que se basan en la codicia y la negligencia, no vuelvan a suceder. El registro de seguridad de Turquía es terrible, y nuestros sindicatos deberán trabajar duro para garantizar que la implementación cambie las cosas.
La minería siempre será un trabajo peligroso, pero es posible conseguir que sea mucho más seguro. El 28 de abril es el Día Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados. Es el momento de respaldar el llamamiento para ratificar el Convenio núm. 176 de la OIT. Presionad a vuestros legisladores para que firmen el Convenio, y a los empleados para que reconozcan la importancia de una cultura de seguridad liderada por los trabajadores.
Se han producido demasiadas muertes evitables. Es el momento de hacer que la minería sea segura.