9 mayo, 2019Después haber triunfado la oposición en las elecciones de alcaldía en Estambul, el gobierno de Turquía decidió esta semana anular el resultado de los escrutinios. Esta decisión constituye otro ejemplo alarmante de la desaparición de la democracia que se está viendo en todo el mundo, señaló Valter Sanches, secretario general de IndustriALL Global Union.
Al decidir sobre las quejas sin fundamento del partido gobernante, el AKP del Presidente Erdogan, la Comisión Electoral de Turquía cedió ante la presión del gobierno, anulando la votación del mes pasado, y ordenando la realización de nuevas elecciones el 23 de junio.
La victoria de la oposición al ganar el poderoso cargo de alcalde metropolitano de Estambul constituía una gran amenaza para el AKP porque podría haber conllevado a un cambio en el país. Después de todo, Erdogan mismo fue alguna vez alcalde de Estambul.
Los sucesos que ocurren en Turquía forman parte de una tendencia mundial. Un movimiento político de extrema derecha, cada vez mayor, echa mano a todo lo que está a su alcance para desmantelar la democracia, como en Brasil, donde se robó al pueblo las elecciones presidenciales después del encarcelamiento del candidato favorito, Lula da Silva. Todos los días se desmantela más la democracia en Brasil.
Para los sindicatos, la democracia es el elemento principal que permite luchar por nuestros derechos humanos y sindicales fundamentales. Pero se está debilitando en todas partes, especialmente en los países en vías de desarrollo. Con ello, vienen bajos salarios, escasa protección social, aumento del desempleo y discriminación contra las mujeres, los jóvenes y los discapacitados.
Se han deteriorado gravemente las normas e instituciones democráticas en Turquía. Ya no existe el concepto de separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Con el nuevo sistema presidencial, impera sobre todo el poder ejecutivo.
Con estas violaciones de los derechos, Turquía ni siquiera puede garantizar elecciones libres y justas, y parecen haber desaparecido el imperio de la ley y el principio de un juicio imparcial.
Se hallan en peligro los derechos humanos fundamentales, especialmente la libertad de opinión, expresión, prensa y sindicación. A cada momento se violan los derechos sindicales. En Turquía no hay garantía de derechos humanos fundamentales.
La mala gobernanza y la falta de transparencia están empujando la economía turca hacia lo desconocido. Los opositores son perseguidos y el gobierno trata de hacer todo lo posible para mantener su control sobre el país y su población.
La administración de Erdogan quiere poner el peso de la crisis en los hombros de los trabajadores/as, pero enfrenta una enorme resistencia en la sociedad.
La anulación del resultado de las elecciones de Estambul ha provocado protesta pública. Turquía tiene una fuerte tradición democrática y una sociedad civil progresista claramente comprometida con la democracia.
IndustriALL Global Union, junto con sus aliados, seguirá apoyando la democracia en Turquía. Solidarizamos con nuestros afiliados, con todo el movimiento sindical y con la sociedad civil que luchan por sus derechos y dignidad.
Las elecciones del 23 de junio son una oportunidad para lograr un futuro mejor.