27 enero, 2022El duro conflicto en la empresa finlandesa productora de madera, celulosa y papel UPM amenaza con prolongarse: la huelga, que comenzó el 1 de enero, se extendió hasta el 19 de febrero. Participan en ella 2200 trabajadores de todos los sectores de actividad de UPM, y trabajadores portuarios y ferroviarios se han solidarizado con los huelguistas al negarse a manipular las mercancías de la empresa.
Esta situación afecta a tres afiliados de IndustriALL Global Union: Paperiliitto (sindicato del papel), Teollisuusliitto (sindicato de la industria) y Proliitto (sindicato profesional). Todas las plantas de UPM en Finlandia cesaron sus actividades, lo que ha tenido un costo tremendo para la empresa en un momento de alta demanda de sus productos.
El conflicto surgió luego de que UPM abandonara la negociación sectorial que había estado en marcha durante décadas y se negara a firmar un convenio colectivo único con Paperiliitto, que representa a la mayoría de su fuerza laboral. El objetivo de la empresa es establecer convenios separados para cada uno de sus cinco sectores de actividad.
Además, quiere recategorizar a los 500 trabajadores no manuales representados por Proliitto como personal directivo para excluirlos de la negociación colectiva, y los delegados de este sindicato ya no serán reconocidos. La empresa también detuvo el sistema de retención sobre los salarios para el cobro de cuotas sindicales, que había estado en vigor desde la década de 1970. El convenio colectivo actual entre UPM y Teollisuusliitto sigue vigente, pero este sindicato apoya el reclamo de un convenio uniforme respecto de las condiciones de trabajo.
Además de debilitar la negociación colectiva, UPM quiere incrementar drásticamente las horas de trabajo sin aumentar el salario, lo que resulta en un recorte salarial efectivo del 20 al 30 por ciento para muchos trabajadores. Los sindicatos creen que la empresa provocó deliberadamente la huelga con la intención de utilizarla para socavar el poder sindical.
Desde el lunes 24 de enero, trabajadores portuarios y ferroviarios se han solidarizado con los huelguistas al negarse a manipular las mercancías de UPM.
Petri Vanhala, presidente de Paperiliitto, declaró:
“Hemos propuesto reuniones a UPM en vano. Nuestro único reclamo es que no se destruya el sistema de negociación colectiva y que se mantenga el estándar para la industria acordado con las otras empresas del sector”.
Una huelga de este nivel es algo inusual para Finlandia, que generalmente goza de una relativa armonía en las relaciones laborales gracias a los convenios colectivos a nivel de industria. Para los sindicatos, este ataque a la negociación colectiva tiene una motivación ideológica y la empresa está decidida a socavar a los sindicatos incluso a costa de sufrir daños económicos, lo que sienta un nuevo y peligroso precedente para las relaciones laborales en el país nórdico.
La mediación fracasó porque la empresa se negó a reunirse con los sindicatos. UPM ha ofrecido a los rompehuelgas un pago de bonificación de 30 euros por día, y los sindicatos anticipan que la huelga puede prolongarse por un tiempo indefinido. Los principales representantes de los trabajadores en el Comité de Empresa Europeo se niegan a cooperar con la dirección, en solidaridad con los finlandeses, y los sindicatos que representan a los trabajadores de UPM en otros países están observando de cerca los acontecimientos, y muchos han enviado mensajes de apoyo y solidaridad. Los sindicatos internacionales del sector del papel se reunirán en breve y se emprenderán más acciones de solidaridad.
El director de IndustriALL para este sector, Tom Grinter, expresó:
“La obstinada intransigencia de UPM y su insistencia en romper los convenios colectivos socava la reputación de la empresa a nivel mundial. Los accionistas deberían preocuparse por el daño a la reputación a largo plazo”.
UPM siempre ha sido un caso atípico en la industria finlandesa, ya que ha adoptado una postura antisindical comparativamente dura respecto del resto de las empresas del país. Aunque otras productoras de celulosa y papel en Finlandia han firmado convenios colectivos con sindicatos, UPM se retiró de la asociación de empleadores en 2020.
Foto: Huelguistas en la puerta de UPM Kymi Mill en Kouvola el 1 de enero. Tomada por Henri Koskela, uno de los huelguistas y sindicalistas.