1 diciembre, 2021Los sindicatos independientes en Bielorrusia están amenazados, ya que los empleadores y las autoridades estatales aprovechan todas las oportunidades para intimidar y despedir a los miembros sindicales independientes, lo que reduce la afiliación.
Después de las controvertidas elecciones presidenciales de agosto de 2020, muchos trabajadores dieron de baja su afiliación a la Federación de Sindicatos de Bielorrusia (oficialista), y se afiliaron a sindicatos independientes, adhiriendo a los valores democráticos y luchando por los derechos humanos y laborales fundamentales.
Sin embargo, en respuesta al creciente poder de los sindicatos independientes, las autoridades procedieron con brutales redadas en oficinas sindicales. Se registraron las casas de activistas y dirigentes sindicales, y algunos de ellos fueron arrestados y multados.
En la refinería de petróleo estatal, JSC Naftan, las medidas antisindicales, en particular la intimidación y los despidos masivos de dirigentes sindicales y miembros del Sindicato Independiente de Bielorrusia (BITU), han provocado una fuerte disminución de la afiliación.
La presidenta del BITU en Naftan, Volha Brytsikava, y varios activistas, incluidos los vicepresidentes, fueron despedidos. A muchos miembros del BITU se les negó la renovación de sus contratos a corto plazo. Por el contrario, hay varios ejemplos de trabajadores que dieron de baja su afiliación al BITU e inmediatamente recibieron extensiones de contrato.
Los trabajadores de Naftan han sido presionados para que abandonen el sindicato, amenazados con sanciones disciplinarias, privación de bonificaciones y pagos de incentivos por habilidades profesionales. Se los ha amenazado también con desaprobar exámenes de habilidades, citaciones al servicio de seguridad para conversaciones preventivas y despidos por reducción de personal.
Naftan ha utilizado la reciente enmienda al código laboral de Bielorrusia que permite a los empleadores despedir a los trabajadores por ausentismo “en relación con el cumplimiento de una sanción administrativa en forma de detención administrativa” para deshacerse de los activistas sindicales no deseados. Una de las razones de la detención administrativa es la distribución de material mediático considerado extremista, material que los trabajadores habían publicado en las redes sociales mucho antes.
Maxim Pazniakou, presidente del BITU, afirmó:
“Lo que está sucediendo en Bielorrusia es terrible. El objetivo de estas medidas es infundir miedo a los trabajadores a perder sus trabajos, medios de vida y su libertad”.
“Que esto continúe o no depende de los trabajadores. Debemos recordar el concepto simple pero efectivo: ¡nuestra fuerza radica en la unidad!”.
En una carta dirigida a Naftan, Atle Høie, secretario general de IndustriALL, insta a la empresa a que ponga fin a la persecución de los dirigentes y miembros del BITU, que desista de amenazar con despedir a los trabajadores que deciden libremente afiliarse a un sindicato y que reintegre de inmediato a todos los trabajadores despedidos injustamente.
Otro de los afiliados de IndustriALL en Bielorrusia, el Sindicato Libre de Trabajadores de la Metalurgia, ha informado recientemente sobre la presión ejercida sobre miembros del sindicato en la ciudad de Mogilev, donde este último ha recibido solicitudes de parte de sus miembros para cancelar su afiliación y que se les proporcione una confirmación de dicha cancelación.
El secretario general adjunto de IndustriALL, Kemal Özkan, señaló:
“Cualquier presión sobre los miembros que los obligue a abandonar el sindicato es ilegal y debe acabar. Los trabajadores deben tener derecho a afiliarse a los sindicatos de su elección, de conformidad con la Constitución de Bielorrusia y el Convenio 87 de la OIT, ratificado por el país”.