18 abril, 2024El trabajo y la salud mental están estrechamente vinculados. Como muchas personas pasan la mayor parte de su tiempo trabajando, es importante abordar la salud mental en el lugar de trabajo, y los sindicatos tienen un papel importante que desempeñar en este sentido.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el que cada individuo desarrolla su propio potencial y puede hacer frente a los momentos de estrés normales de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y contribuir a su comunidad.
Los riesgos para la salud mental en el trabajo, también llamados riesgos psicosociales, incluyen la infrautilización de las capacidades o la falta de cualificación, las cargas o ritmos de trabajo excesivos, la escasez de personal, las jornadas extensas, inflexibles o incompatibles con la vida social, las condiciones de trabajo físicamente inseguras o deficientes, y la violencia, el acoso o la intimidación.
Frente al desarrollo de nuevas tecnologías y el ritmo acelerado de trabajo relacionado a estos avances, los riesgos psicosociales son cada vez más frecuentes en el trabajo, incluso para los trabajadores no manuales. En la Unión Europea, el 88 por ciento de los trabajadores ha experimentado problemas de estrés en el trabajo. Según Eurocadres, el 60 por ciento de los días de ausencia en el trabajo se puede atribuir al estrés laboral y los riesgos psicosociales.
Armelle Seby, directora del sector de trabajadores de no manuales, expresó:
“La salud mental suele ser incomprendida, infrafinanciada y relegada a un segundo plano en comparación con la salud física. Las legislaciones con respecto a los riesgos psicosociales y los deberes de los empleadores suelen ser insuficientes. Además, con frecuencia, las personas con problemas de salud mental terminan siendo estigmatizadas, discriminadas y excluidas. El estigma generalizado crea una barrera. Algunos empleadores son reticentes a contratar a personas con problemas de salud mental, y algunos trabajadores pueden dudar en confiar en otros o buscar ayuda por miedo a las repercusiones adversas a nivel profesional”.
Aunque proteger la salud mental de los trabajadores es parte del deber de cuidado de los empleadores, los sindicatos tienen un papel importante que desempeñar para mitigar los problemas en este ámbito. Es importante que los sindicatos comprendan los riesgos y se familiaricen con las maneras de abordarlos. Estas organizaciones pueden trabajar con los empleadores para evaluar los riesgos, reorganizar el entorno laboral para reducir los riesgos psicosociales y abogar por la capacitación en materia de problemas de salud mental en los lugares de trabajo.
La OMS y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desarrollaron directrices para los sindicatos que incluyen planes de acción dirigidos especialmente a las condiciones de trabajo, con el fin de prevenir el deterioro de la salud mental o física y la calidad de vida, así como evaluar y modificar, mitigar o eliminar los riesgos psicosociales para la salud mental.
Los convenios fundamentales de la OIT sobre la salud y la seguridad de los trabajadores (SST) y sobre el marco promocional para la seguridad y la salud en el trabajo tienen como objetivo proteger la salud física y mental de los trabajadores y prevenir los accidentes y las enfermedades laborales. Juntos, estos convenios permiten establecer un enfoque sistémico para la gestión de la SST, ya que definen las responsabilidades, los deberes y los derechos clave en esta materia, así como destacan los roles complementarios de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores en la creación de entornos de trabajo seguros y saludables.
Sindicatos como Unite the Union, del Reino Unido, o USW, de Canadá, han desarrollado sus propias directrices para ayudar a sus delegados sindicales, afiliados y representantes de salud y seguridad a abordar los problemas de salud mental y discriminación en el trabajo, así como para hacer campaña y negociar a favor de la salud mental.
Los sindicatos de Singapur están participando en una estructura consultiva tripartita sobre el bienestar mental en el trabajo que se creó en respuesta a los crecientes problemas en esta materia a nivel laboral. Dicha estructura, compuesta por el Ministerio de Mano de Obra (MOM), el Congreso Nacional de Sindicatos (NTUC) y la Federación Nacional de Empleadores de Singapur (SNEF), estableció una guía práctica sobre las medidas que los empleadores pueden adoptar para contribuir al bienestar mental de sus empleados, y proporciona recursos que los empleadores, empleados y trabajadores autónomos pueden aprovechar.
Estas medidas incluyen la realización de encuestas para comprender el estado general de bienestar y los factores de estrés en el trabajo; la capacitación de defensores en materia de bienestar mental en el trabajo, con el fin de alentar a la dirección a implementar políticas y medidas de apoyo; la organización de actividades, programas y recursos para mejorar la salud mental de los empleados; el establecimiento de un sistema para remitir a las personas en peligro a profesionales; la revisión de las políticas de recursos humanos y del lugar de trabajo centradas en el apoyo a la salud mental de los empleados; y la aplicación de políticas de regreso al trabajo para ayudar a los empleados que se recuperan de afecciones vinculadas a la salud mental.
“En Singapur y en mi sindicato, clasificamos la salud mental como un problema de seguridad y salud en el trabajo. Realizamos talleres con trabajadores y representantes sindicales, y les proporcionamos recursos en línea y presenciales que ayudan a los trabajadores a cuidar su salud mental. En nuestros talleres de bienestar mental, educamos a los trabajadores sobre cómo lidiar con el estrés, en particular mediante ejercicios y clases de acondicionamiento físico que les ayudan a mantenerse en forma y aliviar tensiones”,
expresó Patrick Tay Teck Guan, del Congreso Nacional de Sindicatos y copresidente del sector de trabajadores no manuales en IndustriALL.
Con respecto al impacto del teletrabajo sobre la salud mental, el sindicato francés CFE-CGC métallurgie evalúa las cargas de trabajo para identificar cualquier sobrecarga que pueda dañar la salud mental y física de los empleados. A partir de ello, buscan cómo regularla y evitar cualquier sobrecarga futura.
Corinne Schewin, de CFE-CGC métallurgie y copresidenta del sector de trabajadores no manuales, afirmó:
“Los representantes sindicales van a diferentes departamentos para hablar con los trabajadores y determinar su bienestar mental. Comprobamos cuánto duermen, observamos los entornos de trabajo y luego tenemos hablamos con el departamento de Recursos Humanos para informarles en qué aspectos debe intervenir la dirección. Además, en los convenios colectivos con las empresas disponemos de cláusulas centradas en la calidad y las condiciones del trabajo, cuyo fin es proteger la salud mental de los trabajadores”.
Armelle Seby expresó:
“Cuando se trata de la salud mental en el trabajo, es importante que los sindicatos participen en la gestión de riesgos, prioricen las acciones a implementar, desarrollen planes de acción y supervisen y evalúen estos planes. Ademñas, los sindicatos también deben mejorar la comprensión en materia de salud mental y el bienestar en el trabajo, cambiar las actitudes en torno a las condiciones de salud mental para reducir el estigma, fomentar la búsqueda de ayuda, implementar mecanismos para combatir el acoso en el trabajo, proteger a las víctimas y apoyar a las personas con problemas de salud mental”.
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