25 abril, 2016Al conmemorar el trigésimo año del desastre nuclear ocurrido en Chernobyl, recordamos todas las muertes y enfermedades causadas por la radiación, pero también a los miles de trabajadores que necesitaban una Transición Justa debido a la clausura de esa planta productora de energía.
En la noche del 26 de abril de 1986, se desató el caos en la central nuclear de Chernobyl en Ucrania.
A consecuencia de una prueba de seguridad que resultó desastrosa, se produjo una explosión y luego un incendio en el reactor No. 4 de la planta, esparciendo partículas radioactivas en las zonas colindantes y llevadas por el viento a toda Europa.
Muchos trabajadores de rescate murieron o sufrieron secuelas de salud graves y permanentes. Los expertos aún no están seguros de cuántos casos de cáncer fueron causados por la radiación; la catástrofe de Chernobyl afectó la salud de cientos de miles, o posiblemente millones de personas.
Se evacuó completamente la vecina ciudad de Pripyat, donde vivían felices 40.000 personas, incluyendo los trabajadores de la central nuclear y sus familias. Ahora crecen árboles en las calles y edificios. La naturaleza asumió control total de esa ciudad fantasma.
En su reemplazo, a 50 kilómetros de Chernobyl, se construyó una nueva ciudad llamada Slavutich. Fue una labor conjunta realizada por los arquitectos y trabajadores de la construcción de diferentes estados de la ex Unión Soviética. Slavutich se ha caracterizado por su gran variedad de estilos diferentes provenientes de Estonia hasta Georgia o Kazajstán.
En 1993, el sindicato de trabajadores del sector nuclear de Ucrania, Atomprofspilka, se afilió a la ICEM, una de las organizaciones fundadoras de IndustriALL Global Union. Poco después, pasé a ser Director del sector energético de la ICEM. Así fue que yo, junto con mis colegas, empecé a trabajar con nuestro sindicato afiliado de Ucrania.
Fue tarea difícil el convencer a nuestros dirigentes sindicales ucranianos que había que clausurar los reactores restantes de la central nuclear de Chernobyl. La tecnología que se usaba presentaba riesgos de seguridad. Chernobyl había sido una planta ejemplar, con buenos salarios y condiciones para la fuerza de trabajo y sus familias. Fue difícil, especialmente para los dirigentes locales, aceptar que había que abandonar Chernobyl.
Pero el reactor No. 4 tenía escapes, a pesar de la caja hermética de hormigón que se construyó a su alrededor. En 1997, los países del G8 acordaron establecer el Fondo de Protección de Chernobyl para construir un lugar seguro y encerrado, por más de US$ 1 mil millones. Estas obras todavía no se han finalizado.
La tarea principal que correspondía a nuestra organización sindical era proteger a los trabajadores. En la década de 1990, los reactores 1 al 3 fueron cerrados uno por uno, con intervalos de varios años, lo que facilitó la Transición Justa. La mayoría de los trabajadores consiguieron trabajo en otras plantas de energía nuclear de Ucrania, que utilizan una tecnología más segura.
Finalmente, el Parlamento de Ucrania aprobó una ley que garantiza jubilación anticipada para miles de trabajadores. No todo es perfecto, porque como lucha con una crisis financiera, el gobierno decidió reducir las prestaciones sociales.
En la actualidad, 2.500 trabajadores todavía laboran en la planta de producción de energía, encargándose de la seguridad y vigilancia. La ciudad de Slavutich ha crecido hasta convertirse en una comunidad de 25.000 personas, con nuevas microempresas y nuevos puestos de trabajo, gracias a las medidas de política laboral activa que aplican las autoridades.
En la década de 1990, realicé dos visitas a la central nuclear de Chernobyl y a Slavutich. Los murales, encargados por la ICEM al artista estadounidense Mike Alewitz en 1996, captan gran parte de la emoción que sentimos en ese momento: “De las cenizas de tiempos pasados, vamos a construir un nuevo mundo - solidaridad para siempre”.
Los trabajadores de Chernobyl necesitaban una Transición Justa tras el cierre de su central de energía nuclear. La protección de los trabajadores, sus familias y comunidades también será una tarea importante para la familia mundial de IndustriALL en la próxima transformación de los sistemas energéticos tras el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
Jyrki Raina
Secretario General