7 enero, 2020Con la ayuda y el apoyo solidario de la Asociación de Trabajadores Metalúrgicos, de Maquinaria y Fabricación del Japón (JAM), organización afiliada al JCM, el 1 de septiembre de este año se estableció en Matsuyama, Japón, el Sindicato Internacional del Trabajo de Bután (ILUB).
Sindicato: | El Sindicato Internacional del Trabajo de Bután (ILUB) |
País: | Japan |
Texto: | Yap Hwa NG |
Atraídos por inescrupulosos intermediarios laborales en Bután, 700 jóvenes estudiantes butaneses arribaron al Japón con la esperanza de ganar Nu 1,1 millones (US$ 15.500), trabajando a tiempo parcial cuando se hallaban inscritos como estudiantes en una escuela de idiomas para aprender japonés.
Japón tiene una política ambiciosa de aumentar a 300.000 el número de estudiantes internacionales para 2020. El llamado programa “Aprender y ganar” es manejado por Bhutan Employment Overseas (BEO), un intermediario autorizado designado por el Ministerio de Trabajo de Bután, en colaboración con agentes japoneses.
Sin embargo, en diciembre de 2018, la Comisión Anticorrupción de Bután instó al gobierno a revocar la licencia de BEO por haber sido acusado de recibir certificados de registro ilegalmente sin el respaldo de importantes documentos. Además, los representantes de BEO en Japón tampoco contaban con autorización del Ministerio de Trabajo de Bután.
Aunque el gobierno de Bután ofreció un préstamo de Nu 700.000 (US$ 9.800) con interés de 8%, después de pagar 130.000 Nu (EUR 1.889) por el agente y la tasa de matrícula de la escuela de japonés, los estudiantes butaneses quedaron casi sin dinero.
No había mucho trabajo disponible para los estudiantes butaneses debido a su falta de dominio del japonés. Muchos terminaron trabajando de noche en almacenes y fábricas.
A los estudiantes no se les permitía trabajar más de 28 horas por semana, y con salarios bajos de US$ 9 por hora, muchos se vieron obligados a trabajar en forma ilegal.
A consecuencia de todo esto, los estudiantes se hallaron sujetos a enorme presión, dando como resultado, en 2018, el suicidio de un joven estudiante.
“Cuando comenzamos a recibir llamadas de los estudiantes que solicitaban ayuda, nos conmovió su valentía para superar su difícil situación. El 29 de julio, organizamos una reunión con estos estudiantes, a quienes ayudamos a registrar un sindicato con la autorización del gobierno del Japón”,
dice Katahiro Yasukochi, presidente del JAM.
Gracias al apoyo del JAM, los estudiantes butaneses decidieron crear un sindicato para proteger sus derechos en un país extranjero.
“No sabíamos nada acerca de los sindicatos hasta que conocimos al RENGO y JAM, dos de los sindicatos más grandes del Japón. El proceso de registro de un sindicato fue complicado y el JAM nos ayudó con indicaciones detalladas”,
dice Sharma Robin, vicepresidenta del ILUB.
“Quisiéramos manifestar nuestro más sincero agradecimiento al JAM. Muchos jóvenes butaneses fueron engañados, quedando atrapados en deudas financieras. Como ILUB, trabajaremos duro para proteger los derechos de las personas vulnerables y de los trabajadores y trabajadoras sin calificaciones. Trabajaremos duro para encontrar trabajos estables y decentes para nuestros jóvenes compañeros de modo que puedan comenzar a tener una vida decente y normal”,
dice Jaganath Koirala, presidente del ILUB.
Parte del problema es la política adoptada por el gobierno japonés para abordar la escasez de mano de obra: los estudiantes extranjeros terminan con un trabajo precario, sin ganar lo suficiente para mantenerse. Hay muy poco apoyo social para estos estudiantes, ya que ni siquiera tienen el estatus de trabajadores migrantes.
Al explicar los desafíos que se van a enfrentar, Yasukochi señala que el JAM tiene un plan de acción integral para abordar los problemas que enfrentan los estudiantes butaneses.
El JAM colaborará con ILUB, organizando una campaña por el reembolso de las tarifas injustas que han cobrado los intermediarios y las tarifas de matrícula de las escuelas de idioma japonés. El JAM también exigirá que las empresas mejoren las condiciones de trabajo para los estudiantes.
Además, el JAM ayudará a ILUB a establecer una seccional del sindicato en Bután, y también para obtener permiso para operar un negocio de suministro de mano de obra en Japón. Esta medida eliminará a los intermediarios y evitará la explotación.
“Los jóvenes butaneses tienen talento extraordinario, son idealistas y con mucha motivación, al igual que al comienzo del movimiento sindical en el Japón... Este es el primer sindicato creado por butaneses. Debemos procurar cuidarlo y ayudarlo a crecer; haremos todo lo posible para hacer realidad sus sueño”,
dice Yasukochi.