18 mayo, 2015Desde enero de 2015, IndustriALL cuenta con dos sindicatos de Myanmar entre sus miembros. En este país donde los sindicatos recién, en 2012, han logrado legalidad, la sindicalización y la capacitación son fundamentales para desarrollar el poder de los trabajadores.
Perfil de activismo sindical
País: Myanmar
Texto: Petra Brännmark
Sindicatos: la Federación de Trabajadores Industriales de Myanmar (IWFM) y la Federación de Trabajadores Mineros de Myanmar (MWFM)
Myanmar se halla en una transición después de haber tenido una junta militar que tomó el poder en 1962. Un referéndum constitucional realizado en 2008 permitió elecciones generales en 2010, y desde entonces el gobierno ha puesto en marcha una serie de reformas democráticas y económicas. En 2012 los sindicatos lograron estatus legal, y se permitió que los dirigentes sindicales en el exilio regresaran al país.
En diciembre de 2014, la Federación de Trabajadores Industriales de Myanmar (IWFM) y la Federación de Trabajadores Mineros de Myanmar (MWFM) se afiliaron a IndustriALL Global Union. Ambos sindicatos están afiliados a la Confederación de Sindicatos de Myanmar (CTUM), una de las tres confederaciones centrales del país.
Hasta la fecha, en 2015, la IWFM ha aumentado el número de afiliados de 3.500 a 5.000. La MWFM cuenta actualmente con casi 7.000 miembros y su objetivo es alcanzar a 20.000 para finales de 2015.
Khaing Zar Aung es Secretaria General Adjunta de la IWFM, así como Tesorera de la CTUM. Comenzó su participación en el movimiento sindical en 2007, cuando trabajaba en fábricas de confección en la frontera entre Tailandia y Myanmar.
Khaing Zar Aung dejó sus estudios los 16 años para ayudar a mantener a sus siete hermanos, y luego, mintiendo sobre su edad, consiguió un trabajo en una fábrica textil en Myanmar. Cuando la empresa la despidió por ser menor de edad (18 años es la edad en que se puede trabajar legalmente en Myanmar), Khaing encontró trabajo en las fábricas al otro lado de la frontera, en Tailandia.
Allí, trabajaba junto a niños que solamente tenían 13 y 14 años, que querían volver a la escuela.
"Me llamaron la atención las malas condiciones de vida, cómo se explota a los trabajadores, y el hecho de que no tuvieran casi ninguna posibilidad de mejorar sus vidas. Así que asistí a una sesión de capacitación sindical y desde entonces he seguido sin parar".
"En aquel entonces informábamos sobre sus derechos a los trabajadores y trabajadoras migrantes en Tailandia, y como los sindicatos eran ilegales en Myanmar, invitábamos a los trabajadores a venir a Tailandia para los cursos de capacitación".
Obstáculos en el camino
Aunque en la actualidad los sindicatos tienen legítimo derecho a existir, Khaing Zar Aung observa que la conducta de las personas demora bastante para cambiar. Muchos todavía tienen miedo de afiliarse a un sindicato por temor a las represalias.
Los padres no quieren que sus hijos se unan a un sindicato y las leyes que protegen a los trabajadores son muy débiles. Entonces hace falta capacitación sindical para los trabajadores, para enseñarles acerca de sus derechos.
Las empresas no están acostumbradas a la negociación colectiva, ni a reconocer los derechos de los trabajadores. Se necesita urgentemente establecer relaciones efectivas a nivel de fábrica entre los trabajadores y la administración empresarial, para lo cual es indispensable la capacitación tanto para los representantes sindicales como para las empresas.
Es ilegal despedir a un trabajador que se haya afiliado a un sindicato, sin embargo la IWFM ha sabido que se producen constantemente casos de esta naturaleza. El Parlamento rechazó una propuesta para imponer penas de cárcel por este delito; en su lugar se incrementó la multa de US$100 a US$500.
Hemos visto casos de presión y acoso contra los dirigentes sindicales en el lugar de trabajo. Por ejemplo, a los dirigentes sindicales no se les concede los dos días remunerados de permiso a los cuales tienen derecho legal para que puedan realizar labores de sindicalización. Además, a veces la administración presiona a los sindicalistas para que dejen el trabajo sindical.
En Myanmar, no es cosa fácil crear e inscribir un sindicato en forma oficial. Según la ley, un mínimo de 30 trabajadores pueden establecer un sindicato. Además de eso, un 10% de los trabajadores tiene que votar a favor del sindicato.
Le corresponde al Ministerio del Trabajo la tarea de facilitar las inscripciones de los nuevos sindicatos, lo cual debería realizar dentro de 60 días. En la actualidad hay mucho atraso: más de 1.000 sindicatos están pendientes de registro - algunos llevan más de un año esperando.
Después de visitar el país en marzo de este año, Jyrki Raina, Secretario General de IndustriALL, señaló al respecto:
Myanmar necesita contar con duraderas y sólidas estructuras de los trabajadores y de las empresas a nivel local y nacional, como pilares esenciales de la futura sociedad democrática.
No obstante los problemas que se enfrentan, Khaing Zar Aung es optimista sobre el futuro, donde cree que los sindicatos ejercerán una influencia cada vez más fuerte.
Necesitamos concientizar sobre los derechos de los trabajadores y capacitar a nuestros miembros en la negociación colectiva. Estamos luchando por un salario digno y legislación que proteja a los trabajadores.
Viene en camino el salario mínimo
En la actualidad, no se ha establecido un salario mínimo en Myanmar. El salario promedio es de alrededor de US$100 mensuales, con grandes diferencias entre los diferentes sectores industriales. Además del salario básico, se agrega un subsidio de subsistencia, un bono por horas extras, una prima de asistencia, bono por conocimientos especializados, y, finalmente, una suma en función de la antigüedad en el empleo.
Las horas extraordinarias constituyen 12 a 16 horas adicionales por semana, además de la semana laboral de 44 a 46 horas.
"Nuestros miembros están luchando por un salario digno", dice Khaing Zar Aung. "Los trabajadores están sufriendo debido a los sueldos tan bajos - exigimos salarios básicos y jornadas de trabajo adecuadas".
El gobierno de Myanmar está en proceso de establecer un salario mínimo y espera tenerlo listo para esta primavera. Jyrki Raina subraya la importancia de establecer un salario mínimo vital.
Con el fin de evitar disturbios sociales es importante que el gobierno confirme, lo más pronto posible, un salario mínimo básico que sea adecuado para vivir, y que promueva la negociación colectiva. Los trabajadores deben tener jornadas laborales razonables, un lugar de trabajo higiénico y seguro, y el derecho a afiliarse a un sindicato.
Triunfo de la negociación colectiva
Los miembros de la IWFM que laboran en Sakura, una fábrica japonesa de confección de prendas de vestir, lograron, por medio de la negociación, un convenio colectivo de un año con un aumento salarial del 18%. Después de dos semanas de protestas silenciosas donde los 688 trabajadores y trabajadoras llevaron brazaletes rojos todos los días, el sindicato firmó un convenio que establece un aumento del salario básico de US$110 a US$118 mensuales.
Los sindicatos en Myanmar están trabajando intensivamente para abordar el problema del trabajo precario. En 2015, la MWFM ha conseguido hasta el momento que la empresa otorgue empleo permanente a 450 trabajadores mineros temporales.