9 junio, 2016En la Conferencia Internacional del Trabajo 2016, realizada en Ginebra, en el contexto de un debate sobre el trabajo decente en las cadenas de suministro de las multinacionales, Jyrki Raina manifestó su apoyo al movimiento sindical mundial que pide nuevas normas para hacer frente a violaciones de derechos laborales en las cadenas de suministro de las empresas multinacionales.
La OIT calcula que el número de puestos de trabajo en las cadenas de suministro mundiales en 40 países aumentó de 296 millones en 1995 a 453 millones en 2013. Esto constituye más de una quinta parte de la fuerza laboral mundial.
Una investigación publicada por la CSI ha demostrado que las 50 principales corporaciones multinacionales emplean directamente a sólo un 6% de los trabajadores/as que fabrican sus productos. Proveedores y subcontratistas emplean al otro 94%, una fuerza laboral oculta de 116 millones de personas.
La expansión de las cadenas mundiales de suministro ha sido promovida por un modelo comercial diseñado expresamente para aprovechar los bajos salarios, junto con regulación y aplicación inadecuadas.
La investigación demuestra, además, que va disminuyendo cada vez más el respeto por los derechos de los trabajadores y trabajadoras en las cadenas de suministro. Entre 1989 y 2010, el sector de la confección bajó en un 73% el puntaje respecto a los derechos de los trabajadores/as en los 20 países principales que exportan prendas de vestir a los EE.UU. Al mismo tiempo se redujo en un 42% el precio que se pagaba por la ropa que fabricaron.
Con razón los trabajadores/as en todas las etapas de las cadenas de suministro mundiales preguntan por qué son tan bajos sus sueldos y malas sus condiciones de trabajo. Ellos fabrican productos o proveen servicios para empresas que perciben enormes beneficios y que podrían darse el lujo de garantizar un nivel de vida digno para toda la fuerza de trabajo en sus cadenas de suministro.
La RSE ha fracasado. No ha sido capaz de mejorar de manera significativa los salarios y jornadas de trabajo, ni ha procurado que se respete el derecho de los trabajadores/as a afiliarse a un sindicato. Bien sabido es el hecho de que los organismos de auditoría social y certificación SAI y BSCI aprobaron, respectivamente, la fábrica de prendas de vestir Ali Enterprises en Pakistán antes de que se incendiara, matando a 254 trabajadores/as, y Rana Plaza antes de que se derrumbara, causando la muerte de 1.134 trabajadores/as en Bangladesh.
IndustriALL apoya al grupo de los trabajadores en su solicitud para que se establezca un convenio de la OIT sobre las cadenas de suministro mundiales. Este Convenio propuesto debe establecer responsabilidad legal y guiar el desarrollo de políticas y legislación para garantizar el respeto por los derechos de los trabajadores/as.
A falta de normas mundiales para las cadenas de suministro, IndustriALL ha tomado medidas para hacer que las compañías multinacionales en sus sectores asuman su responsabilidad.
IndustriALL ha firmado 47 Acuerdos Marco Globales con empresas multinacionales, abarcando a más de diez millones de trabajadores/as. El Acuerdo Marco Global que firmamos recientemente con H&M, cubriendo a 1,6 millones de trabajadores/as, ya ha jugado un decisivo papel en la resolución de conflictos en las cadenas de suministro de la compañía en Myanmar y Pakistán, permitiendo reconocimiento al sindicato y el reintegro de trabajadores/as despedidos. Por otra parte, nuestro Acuerdo Marco con Inditex abarca a 1,4 millones de trabajadores/as. El personal protegido por estos Acuerdos está contratado por los proveedores y subcontratistas de las marcas de prendas de vestir, garantizando sus derechos fundamentales en el trabajo, y la disponibilidad de mecanismos conjuntos para la resolución de conflictos a nivel local, nacional y mundial.
Así funciona la responsabilidad de la cadena de suministro en la práctica.
Sin embargo, nada menos que un cambio fundamental en la manera de organizar la producción en las cadenas de suministro de prendas de vestir podrá proporcionar alivio para los trabajadores/as que perciben salarios miserables, con jornadas de trabajo agobiantes.
Es posible que un cambio fundamental de esta naturaleza pueda llegar a ser el legado de la tragedia de Rana Plaza, momento decisivo para determinar cómo las empresas tratan cuestiones de cumplimiento de las empresas en las cadenas de suministro. Permitió establecer un innovador acuerdo, legalmente vinculante, entre los sindicatos mundiales y más de 200 empresas: el Acuerdo de Bangladesh sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Instalaciones de Sistemas contra Incendios.
El señalado Acuerdo establece un nuevo modelo de cooperación entre los compradores mundiales y los sindicatos para hacer obligatorio el cumplimiento de las normas de seguridad. El reto actual es seguir desarrollando este modelo para hacer frente a otras violaciones sistémicas de los derechos en las cadenas de suministro.
Ahora, en un proceso conocido como ACT, se han unido con IndustriALL Global Union las empresas mundiales del sector de la confección para aplicar esta política a la cuestión de un salario digno en dicho sector.
IndustriALL ha firmado un memorando de entendimiento con las marcas mundiales de prendas de vestir que participan en el proceso ACT. Dicho memorando señala explícitamente que en los países productores de prendas de vestir es imprescindible desarrollar la negociación sectorial para lograr salarios dignos, y que para lograr esto se necesita reconocimiento efectivo de los derechos de los trabajadores/as a la libertad de sindicación y a la negociación colectiva.
Es necesario que los convenios sectoriales que resulten de este proceso se vinculen con las políticas de compra de las marcas, para así procurar que las fábricas paguen a sus trabajadores/as según el monto acordado.
Al establecer mecanismos que vinculen los sindicatos, los compradores y proveedores, el proceso ACT tiene como objetivo crear un marco para relaciones laborales auténticas en las cadenas de suministro, creando así una industria de la confección justa y estable a nivel mundial.
ACT es la mejor oportunidad que tenemos para mejorar los salarios de los trabajadores/as de la confección, permitiendo la creación de escalafones, y que el mencionado aumento sea sostenible y de cumplimiento obligatorio.
IndustriALL Global Union va más allá de simplemente denunciar públicamente a las compañías multinacionales: establece relaciones directas con esas empresas para regular sus cadenas de suministro según el interés de los trabajadores/as. Necesitamos la ayuda y la cooperación de la OIT para apoyar esta labor y para establecer normas vinculantes para las cadenas de suministro, poniendo fin a la carrera mundial de reducir al máximo los salarios y condiciones de trabajo.