3 julio, 2013En El Cairo resuenan las palabras "Irhal! Irhal!" ("¡Vete! ¡Vete!"), mientras 14 millones de personas marchan a lo largo de Egipto exigiendo la dimisión del presidente, ¡en una de las mayores manifestaciones de la historia mundial!
Las enormes protestas en todo Egipto pidiendo la dimisión del presidente Mohammed Morsi comenzaron el 30 de junio de 2013, y continuaron toda la noche. Millones de manifestantes en todo el país acusan al primer presidente islamista del país de no abordar los problemas económicos y de seguridad desde que asumió el poder hace un año.
La economía de Egipto está en caída libre: la libra ha perdido cerca del 20 por ciento de su valor desde que Morsi ocupó la presidencia, y muchas empresas están paralizadas por la escasez generalizada de combustibles y electricidad. La ira de la población ha estallado por la expansión de los cortes de energía, la falta de agua en algunos distritos y la degradación del nivel de vida. Las violaciones de los derechos humanos se han generalizado, según las agrupaciones que los defienden, y la administración del presidente Morsi hace poco para frenar a los servicios de seguridad, notoriamente brutales.
Al aproximarse el primer aniversario de su elección, las personas opuestas al presidente Mohamed Morsi se reunieron ya en la Plaza Tahrir de El Cairo durante tres días, pidiendo su dimisión, en tanto que sus seguidores prometían defender su legitimidad hasta el final, lo que hacía temer la confrontación. El ejército desplegó tanques y otros vehículos militares en las calles de El Cairo.
Las manifestaciones en contra de Morsi fueron organizadas por una campaña de la base que se autodenomina Tamarod, que significa "rebelión" o "insubordinación", y que afirma haber recogido 22 millones de firmas de egipcios para exigir la marcha del presidente. La campaña ha unido a muchos grupos de la oposición liberal y secular, entre ellos el de Salvación Nacional y a muchos egipcios de a pie, enfurecidos por la política y las prácticas económicas de Morsi.
Los sindicatos independientes son firmes partidarios de la campaña con la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes (EFITU) y el Congreso Laboral Democrático Egipcio (EDLC). Según la declaración de la EFITU en la que anunciaba su participación en la protesta de 30 de junio contra el presidente, la situación de los trabajadores en Egipto ha empeorado, después de desempeñar una función integral en el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak en 2011. También criticaron al gobierno actual por que la Organización Internacional del Trabajo le ha puesto de momento en una lista negra, y preguntaron por qué, tras dos años de discusiones, el Gobierno no ha promulgado todavía una nueva ley sobre libertad sindical.
Hasta ahora se condena en Egipto a los trabajadores a penas de prisión por declararse en huelga, al mismo tiempo que el Gobierno guarda silencio ante el cierre de 4.000 fábricas, que causan la pérdida de miles de empleos.
Lamentablemente, en uno de sus últimos discursos, el presidente Morsi culpó públicamente a los trabajadores de la electricidad de la actual crisis de los cortes de electricidad y les acusó de soborno. http://www.industriall-union.org/es/primera-huelga-nacional-en-egipto. En sus comentarios sobre este insulto, Wael Akl, presidente del afiliado de Egipto a la IndustriALL el Sindicato General de Electricidad y Energía (GTUEE), dijo: "en lugar de apreciar los esfuerzos de los trabajadores de la electricidad en estos tiempos difíciles, el presidente expone la vida de nuestros miembros a más riesgos debido a la acusación directa de corrupción, pues esto incita a la violencia contra los trabajadores de la electricidad”, y pidió al presidente que no culpara a los trabajadores del fracaso de su gobierno.
La mayoría de los trabajadores esperan que el 30 de junio sea la fecha que marque el comienzo del fin del grupo islámico que llegó al poder con Mohamed Morsi hace exactamente un año. Los nuevos sindicatos luchan por la supervivencia y la IndustriALL Global Union apoya firmemente sus luchas.
Tras las continuas manifestaciones y huelgas, los militares dieron un ultimátum de 48 horas al presidente, que está a punto de expirar en estos momentos.