4 septiembre, 2013Los sindicatos y sus miembros encabezaron las protestas de este fin de semana para exigir el fin de las pensiones excesivamente generosas concedidas a los miembros del parlamento. Los manifestantes expresaron también quejas de larga data sobre el mal estado de los servicios públicos.
A pesar de las enérgicas medidas de seguridad, el ultimo día de agosto centenares de manifestantes salieron a la calle para protestar contra las ventajas de los legisladores. El pueblo iraquí está enojado y disgustado porque los parlamentarios han aprobado para sí pagos mensuales de pensiones masivas, con independencia del tiempo de servicio. Perciben aproximadamente el 80 por ciento de su sueldo completo como pensión tras cumplir un mandato en el parlamento, además de asignaciones para la seguridad, y también conservan sus pasaportes diplomáticos.
Hubo protestas en Baghdad y en varias ciudades meridionales como Basora, Hilla, Najaf y Nasiriyah, así como en Kirkuk y Baquba, al norte de Baghdad. Varios miles se manifestaron en la ciudad meridional de Basora, donde una pancarta decía: “Los recursos de Iraq son para los iraquíes, no para los legisladores”. Se informó de que en Nasiriyah la policía antidisturbios armada de porras hirió a 11 personas y detuvo a diez.
Las autoridades de Baghdad se negaron a autorizar las manifestaciones y recurrieron a extraordinarias medidas de seguridad, como el bloqueo de puentes y el despliegue de un gran número de soldados armados y de policías en las principales plazas. Las fuerzas de seguridad detuvieron a docenas de manifestantes en Baghdad, al dispersar la policía por la fuerza una manifestación en la plaza Tahrir. Sin embargo, debido a la presión del Gobierno, con la confiscación de cámaras y la detención de periodistas, la cobertura en los medios de información fue mínima.
El portavoz del Ministerio del Interior, Saad Maan Ibrahim, defendió la operación de seguridad, diciendo que a las autoridades les preocupaba que terroristas suicidas pudieran tratar de atacar a los manifestantes. Insistió en que las manifestaciones no planteaban ningún problema a las autoridades, y que esas fuerzas sólo estaban allí para proteger a los manifestantes. En una declaración en su sitio web, el primer ministro iraquí, Nuri-al Malik, dijo que apoyaba las demandas de los manifestantes y que trabajaría para “modificar los sueldos de los funcionarios superiores”.
Además de las manifestaciones y movilizaciones en todo el país, los sindicatos iraquíes han iniciado una labor unitaria para desafiar a las autoridades políticas. Los sindicatos de Basora, entre ellos los afiliados a la IndustriALL Global Union en los sectores de la electricidad y el petróleo, han decidido recientemente crear una coalición para intensificar la presión sobre el Gobierno respecto a las cuestiones laborales.
La IndustriALL Global Union comparte el disgusto del pueblo iraquí y de los sindicatos y seguirá apoyándoles plenamente y difundiendo todas sus luchas.