10 marzo, 2016Los sindicatos están estableciendo nuevos precedentes para los derechos de la mujer en todo el mundo.
El 8 de marzo de este año, los pueblos de todo el mundo se unieron para celebrar el Día Internacional de la Mujer, exigiendo trabajo digno, igualdad, seguridad y respeto. El Día de la Mujer, que originalmente comenzó a celebrarse hace más de cien años, tiene sus raíces en el movimiento sindical, y en las luchas de las mujeres trabajadoras.
En años recientes, se ha dado mayor publicidad a esta celebración, organizando reuniones y marchas para exigir se ponga fin a la violencia contra la mujer, y que termine la discriminación de la que es víctima en el lugar de trabajo y en la sociedad.
En 2016, la temática central del Día de la Mujer ha sido exigir igualdad, con el objetivo de que para el 2030 se logre paridad: en los últimos 20 años, se ha avanzado muy poco en cuanto a cerrar las brechas de género en el lugar de trabajo. No estamos haciendo lo suficiente, y se deben tomar medidas urgentes al respecto.
Según un informe de la OIT publicado en el Día de la Mujer, la probabilidad de que las mujeres tengan un trabajo remunerado es 27% menos que los hombres; además, cuando trabajan, ganan menos y trabajan más horas. Además de esto, las mujeres también tienen responsabilidades de cuidado y existe la expectativa de que realicen una labor emocional - proporcionando té y simpatía - necesaria para que la sociedad siga funcionando sin problemas.
Este es el caso especialmente en el hemisferio sur, donde las mujeres se incorporan a la fuerza de trabajo con una velocidad sin precedentes, pero se encuentran sujetas a las expectativas tradicionales respecto a los papeles que puede desempeñar la mujer. A nivel mundial, se está produciendo una dramática feminización de la fuerza de trabajo, donde los empleadores aprovechan la posición subordinada de las mujeres para bajar los salarios. Gran parte de este trabajo es precario, y se realiza en casa.
El mayor sector de IndustriALL es el textil. La mayor parte de la fuerza de trabajo del sector textil son mujeres, en su mayoría en el hemisferio sur. Constituyen la mano de obra más marginada y precaria en el mundo, y nuestros afiliados en estos países están en la primera línea de la lucha por mejores condiciones de trabajo.
El Día Internacional de la Mujer es más que una simple búsqueda de igualdad de remuneración: se trata de una lucha de vida o muerte, hecho que se demostró brutalmente con la violación y asesinato de una niña en la India en la víspera del Día de la Mujer de este año. Además de los bajos salarios, pésimas condiciones de trabajo y responsabilidades de cuidado, las mujeres - como la minera Pinky Mosiane, violada y asesinada en el trabajo en Sudáfrica - se enfrentan a niveles terribles de violencia en el lugar de trabajo.
Los sindicatos que representan a las mujeres en estas condiciones se hallan en primera línea de la lucha feminista. Están luchando no sólo contra patrones explotadores, sino también contra sociedades profundamente sexistas. Por eso es tan importante cuando un sindicato de Indonesia vota en favor de una cuota del 40% de mujeres, o cuando se elige a una mujer como dirigente de un sindicato de electricistas y técnicos en Irak.
Las mujeres realizaron marchas en Guatemala, Brasil, Chile y en toda América Latina. En Tailandia, Corea del Sur y Camboya, las trabajadoras y sus sindicatos se hicieron oír, enfrentando la discriminación y exigiendo prestaciones de maternidad.
En Bangladesh, los sindicatos textiles no sólo realizaron enérgicas manifestaciones de gran colorido, sino también organizaron talleres de empoderamiento de la mujer. En la India y Sri Lanka, las mujeres se unieron para luchar por sus derechos.
En Pakistán, se llevaron a cabo manifestaciones en Karachi, Multan y Hyderabad, y el Consejo de IndustriALL en Pakistán y la Federación Sindical de Todo Pakistán realizó una conferencia en Quetta para celebrar el Día de la Mujer. En la reunión se informó que las mujeres enfrentan discriminación en todas las esferas de la vida - incluyendo el movimiento sindical. Esto constituye un obstáculo para el movimiento sindical, ya que los empleadores explotan el bajo estatus de la mujer para maximizar el rendimiento de la empresa y para dividir a los trabajadores.
En la manifestación en Hyderabad, los oradores informaron de cómo en las zonas feudales, las mujeres son tratadas como ganado, y las comercializan para resolver los conflictos. Otras sufren de encarcelamiento y son sometidas a tortura sexual.
Las trabajadoras y trabajadores a domicilio convierten sus casas en fábricas para los empleadores, y trabajan 12 a 14 horas al día por bajos sueldos y sin derechos. La Federación Sindical Nacional, organización afiliada a IndustriALL, apoya la labor que realiza la Federación de Mujeres que Laboran en su Hogar para representar a las mujeres que trabajan en condiciones precarias en su casa.
Monika Kemperle, Secretaria General Adjunta y Directora del Departamento de Mujeres de IndustriALL, señaló:
“Saludamos el trabajo realizado por nuestros sindicatos afiliados, que están estableciendo nuevos precedentes para los derechos de la mujer en sus sociedades.
“Las mujeres realizan algunos de los trabajos más mal pagados y precarios en el mundo. También enfrentan dura represión fuera del lugar de trabajo, en sociedades profundamente sexistas. Para combatir esto, hay que contar con un fuerte movimiento sindical que represente a las mujeres trabajadoras. Nuestros sindicatos necesitan tener mujeres en posiciones de liderazgo, que puedan tomar las decisiones necesarias para transformar nuestros lugares de trabajo y la sociedad en general”.
Estos sindicatos están cambiando la vida de las mujeres, dándoles una voz, y reuniéndolas para luchar por sus derechos. En muchos casos, están luchando contra el peso acumulado de siglos de tradición, además de enfrentar el poder económico de las empresas multinacionales que participan en una carrera hacia el fondo para reducir al máximo los gastos.