13 noviembre, 2020La pandemia de COVID-19 está provocando una crisis en el sector del petróleo y el gas. Los confinamientos y la restricción de los viajes aéreos a nivel mundial han provocado un colapso en el precio del petróleo, lo que ha afectado la rentabilidad de algunas partes del rubro. Los sindicatos deben prepararse para luchar por la inversión en una Transición Justa.
Este fue el mensaje transmitido por la directora de energía de IndustriALL Global Union, Diana Junquera Curiel, durante una reunión de la red de activistas sindicales del sector del petróleo y el gas celebrada en línea el 12 de noviembre.
Junquera explicó que se ha producido un colapso de la demanda de gasolina, combustible para aviones y otros productos refinados del petróleo debido a la desaceleración económica mundial provocada por la pandemia. El colapso de la demanda de petróleo generó una caída de los precios. No obstante, debido a que las plataformas petrolíferas son un costo irrecuperable y relativamente baratas de operar, la mayoría de las empresas petroleras siguen manteniendo la extracción. Sin embargo, estas empresas están reduciendo significativamente su capacidad de refinación. Muchas planean cerrar refinerías y es probable que decenas de miles de trabajadores pierdan sus empleos.
El efecto del bajo precio del petróleo es diferente en los países productores y los importadores. Los países productores han experimentado una importante reducción de los ingresos y, a menudo, una caída de la moneda. Esto ha tenido un impacto devastador en las economías de estas naciones, particularmente aquellas con grandes sectores públicos financiados por los ingresos de combustibles fósiles.
Por el contrario, los países importadores, como China e India, han aprovechado el menor precio del crudo y han aumentado su capacidad de almacenamiento.
Junquera presentó una investigación encargada por IndustriALL sobre las tendencias de la industria. La investigación demostró que, a pesar de la ofensiva de relaciones públicas lanzada por las empresas de energía con respecto a su adopción de energías renovables, hubo muy poca inversión real. La empresa que más había invertido, Total, dedicó menos del 4,5 por ciento de su gasto de capital a las energías renovables. Otras empresas han invertido mucho menos.
Las empresas del petróleo y el gas están ampliando sus apuestas al invertir cantidades comparativamente pequeñas en una serie de diversas tecnologías de almacenamiento y gestión de energía y en energías renovables. Las empresas están reduciendo sus pérdidas para liberar el capital para inversiones futuras. Están esperando por las señales del mercado y las decisiones de los gobiernos antes de realizar grandes inversiones.
Junquera advirtió que, debido a la pérdida de empleo en las refinerías, los sindicatos probablemente pasen por un período difícil, y que la falta de inversión en energías renovables significa que la Transición Justa no sucederá por sí sola. Los sindicatos deben estar al tanto de las tendencias en desarrollo, permanecer unidos y comenzar ahora a negociar planes para lograr una Transición Justa.
En la reunión se presentaron informes de sindicalistas del sector del petróleo y el gas en países como Argelia, Australia, Bélgica, Italia, Japón, Noruega, Rusia, España, Tailandia, Turquía y EE. UU., entre otros. Los delegados confirmaron las tendencias identificadas y discutieron acerca de cómo están afectando al sector en sus países. Muchos de ellos desempeñaron un papel activo en la defensa del empleo y la salud de los trabajadores del petróleo y el gas a medida que se extendía la pandemia a nivel mundial.
Para poner la reunión en un contexto político más amplio, el secretario general adjunto de IndustriALL, Kemal Özkan, impulsó a los sindicatos a prestar atención a la manera en que se gastan los fondos de recuperación.
“El sistema actual ha fracasado”, afirmó.
“Solamente ha creado desigualdad. ¿Cómo se gastará el dinero de los planes de estímulo? ¿Se gastará para empeorar la situación o para construir un mundo más justo?”
Imagen: Lindsey G en Flickr CC