28 abril, 2015En la ocasión del 28 de abril, día mundial de la seguridad y la salud, sindicatos mineros de siete países de América Latina, representando a más de 130,000 trabajadores mineros organizados, están tomando acciones coordinadas para exigir la ratificación y plena aplicación del Convenio 176 de la OIT.
Según los sindicatos, es inconcebible que en el siglo XXI se siga registrando el alto índice de muertes, lesiones y enfermedades que prevalecen en la minería. Los países tienen la responsabilidad de asegurar que los trabajadores quienes extraen los recursos que son de vital importancia para nuestras economías modernas puedan regresar sano y salvos de sus lugares de trabajo.
La minería representa un por ciento de la fuerza laboral mundial, pero genera casi el 8% de los accidentes de mortales, alcanzando la cifra de 12,000 muertes por año alrededor del mundo, o sea un promedio de 32 por día.
En muchos países de América Latina, el crecimiento de la industria ha superado la capacidad de regulación de los gobiernos. De ahí que tan sólo en Colombia 138 mineros murieron en accidentes de trabajo en el año 2012.
El Convenio 176 de la OIT fue adoptado en 1995, y sigue teniendo la misma pertinencia que tenía veinte años atrás. Es una norma innovadora y bien concebida que representa el consenso mundial de los actores tripartitos. Sus disposiciones son tales que pueden aplicarse en cualquier país minero. Lamentablemente, sólo tres países de la región – Brasil, Perú y Uruguay – lo han ratificado.
La norma establece las bases necesarias para una minería sostenible. Está basado en dos conceptos fundamentales: En primer lugar, se aplica a todas las minas y a todos los tipos de minería. En segundo lugar, considera que la seguridad y la salud deben ser los conceptos en que se fundamenten el diseño, funcionamiento y mantenimiento de las minas.
Los estudios indican que los países que han ratificado el Convenio 176 de la OIT registran tasas inferiores de accidentes y enfermedades que los países que no lo han ratificado.
Los sindicatos mineros de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, agrupados en una red regional del sector, estiman que es importante que la norma sea ratificada por todos los países mineros a fin de establecer un piso debajo del cual ningún país puede caer y a fin de eliminar la concurrencia desleal en base a las malas condiciones de trabajo.