16 octubre, 2014Las mujeres asistentes a la Conferencia Regional de las Mujeres de África Subsahariana de la IndustriALL Global Union han pedido una cuota de representación de las mujeres del 40 por ciento a todos los niveles de la organización, a raíz de una decisión tomada el 14 de octubre de 2014 in Pretoria (Sudáfrica).
El secretario general de la IndustriALL, Jyrki Raina, dijo en la conferencia: “Las mujeres y los hombres toman decisiones mejor que los hombres solos.”
Sin embargo, esta cuota sólo puede considerarse como una medida hacia el logro de la paridad de género. La conferencia adoptó una resolución en la que, además de la petición de la cuota del 40 por ciento, se mencionan la salud y la seguridad, el trabajo precario, la protección de la maternidad, el liderazgo de las mujeres y el VIH y el SIDA.
A pesar de la economía en auge en África, las mujeres siguen teniendo dificultades en el lugar de trabajo. Si se acabara con las disparidades de género se reducirían el hambre y la pobreza. La conferencia se celebró con el trasfondo de la epidemia de ébola; como siempre, las mujeres son las más afectadas por las amenazas para la salud.
En la apertura, la conferencia dio la bienvenida a Senzeni Zokwana, ex vicepresidente de la IndustriALL, que es ahora el nuevo ministro de Agricultura, Bosques y Pesca de Sudáfrica, quien destacó la necesidad de crear empleos ante el cambio climático y la fluctuación de los mercados. África tiene que procesar sus propios productos, en lugar de exportarlo todo, según Lydia Nkopane, de la National Union of Miners (NUM), quien dijo: “Exportamos materias primas y seguimos viviendo en la pobreza.”
Se hizo una presentación a los participantes sobre los desafíos que afrontan las mujeres y los sindicatos en la región, entre los que figuran la violencia contra las mujeres, la economía informal, el VIH y el SIDA y la protección de la maternidad.
En África Subsahariana la economía informal representa el 66 por ciento del empleo no agrícola. El 74 por ciento de las mujeres y el 61 por ciento de los hombres están empleados en el sector no estructurado. Este trabajo se caracteriza por condiciones de empleo sumamente precarias, riesgos para la salud y la seguridad y la participación de familias y niños. Las necesidades de las mujeres deben abordarse de una manera particular. Una vez más, se trata de una cuestión de organización de las mujeres teniendo en cuenta sus preocupaciones. Una de ellas en las comunidades mineras, por ejemplo, es el VIH y el SIDA.
En África Subsahariana las mujeres están infectadas por el VIH al menos entre cinco y siete años antes que los hombres las mujeres jóvenes tienen el doble de probabilidades que los hombres de vivir con el VIH. Como las muchachas están empezando a protegerse, la tasa de nuevas infecciones disminuye. Pero esos avances son frágiles y es preciso perseverar.
Sería de gran ayuda que más países ratificaran el Convenio núm. 183 de la OIT sobre protección de la maternidad. Hasta ahora sólo ha sido ratificado por Benin, Burkina Faso and Mali en la región. Mediante los convenios colectivos se podría mejorar la vida de las mujeres si los sindicatos no se limitaran a negociar sobre los salarios. Lamentablemente, lo primero que en general se compromete es la maternidad y las cuestiones de las mujeres.
El NUM destacó los riesgos para la seguridad de las mujeres que trabajan bajo tierra. Desgraciadamente todavía hay hostilidad hacia las mujeres y sus demandas. En los últimos años, la peor forma de violencia de género, a saber, el asesinato, se ha perpetrado bajo tierra. Lo único que ha hecho del Departamento de Recursos Minerales es publicar una instrucción en la que se dice que “ninguna mujer debe trabajar sola bajo tierra”, pero eso no compensa la pérdida de la vida. Para los sindicatos esto debe ser una prioridad, y tiene que regularse y compensarse.
En la conferencia regional, que tuvo lugar los dos días siguientes, las mujeres representaron el 35 por ciento de los participantes.