8 octubre, 2020Miles de trabajadores tomaron las calles de las principales ciudades y pueblos de Sudáfrica para protestar contra la corrupción y la violencia de género, así como para proteger los empleos y los acuerdos de negociación colectiva de empleadores arrogantes.
La huelga nacional del 7 de octubre, que coincidió con la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, fue convocada por el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU) con el apoyo de otras federaciones principales: la Federación de Sindicatos de Sudáfrica (FEDUSA), la Federación Sudafricana de Sindicatos (SAFTU) y el Consejo Nacional de Sindicatos (NACTU).
Los cinco afiliados en Sudáfrica de IndustriALL Global Union pertenecen a tres de estas federaciones. En conjunto, la suma de los miembros de las federaciones representa a millones de trabajadores. Los sindicatos afirman que la ley debe utilizarse para hacer frente a la corrupción a través del procesamiento judicial y que deben establecerse estrategias anticorrupción.
Asimismo, exigen que se ponga fin a la violencia de género y que el gobierno ratifique el Convenio 190 sobre la lucha contra la violencia y el acoso en el trabajo y elabore un plan de implementación. También reclaman el cierre de la brecha salarial de género.
En cuanto a la salud y la seguridad, los sindicatos piden que los empleadores cumplan las leyes laborales y no dejen la carga en manos de los trabajadores y sus familias.
Las peticiones presentadas por los sindicatos exigen al gobierno que tome medidas para evitar reducciones de personal, ya que durante el confinamiento por la COVID-19, que comenzó en marzo, se perdieron más de dos millones de puestos de trabajo en el país. Estos despidos, que han sido significativos en sectores como la minería, contribuyeron a los ya elevados niveles de desempleo. Según el departamento de estadísticas de Sudáfrica, la tasa de desempleo ampliado, que incluye a las personas que han renunciado a buscar trabajo, es del 42 por ciento.
Los sindicatos afirman que se están atacando los convenios colectivos y exigen la modificación de las leyes laborales para obligar a los empleadores a cumplir. Además, los empleadores no promueven el diálogo social, sino que, por el contrario, ignoran la legislación en materia de trabajo y los convenios existentes.
Joseph Montisetse, presidente del Sindicato Nacional de Mineros (NUM), afirmó que los sindicatos estaban consternados ante “la corrupción vinculada al Programa de asistencia temporal para empleadores y empleados del Fondo de Seguro de Desempleo, originalmente destinado a beneficiar a los trabajadores despedidos y también a los empleadores con problemas económicos debido a la COVID-19”. Algunos empleadores solicitaron fondos de asistencia por la COVID-19 pero no les pagaron a los trabajadores y desde entonces han sido detenidos por fraude.
Irvin Jim, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos de Sudáfrica (NUMSA), declaró: “Los empleadores no desperdiciaron la crisis impuesta por la COVID-19 y el confinamiento, que utilizaron para vulnerar los salarios de los trabajadores al imponer, de manera unilateral, recortes salariales del 20-25 por ciento sin consultar con el sindicato”. Pero los sindicatos se están defendiendo.
Como parte de la huelga nacional, el Sindicato Sudafricano de Trabajadores de la Industria Textil y de la Confección (SACTWU) hizo un piquete frente a las oficinas del comerciante minorista de ropa Cape Union Mart, en Johannesburgo, para exigir que respetara los convenios colectivos firmados y dejara de utilizar amenazas e intimidaciones para obligar a los trabajadores a firmar nuevos contratos inferiores a los existentes.
André Kriel, secretario general del SACTWU, expresó:
“La huelga del COSATU es significativa porque es unificadora. Confirma concretamente que todos los trabajadores sudafricanos, independientemente de su afiliación a la federación sindical, tienen claros los problemas fundamentales comunes que deben combatir en las circunstancias actuales: la corrupción en el sector público y privado, la pérdida de puestos de trabajo, los ataques a la negociación colectiva y la violencia de género”.
El secretario general de IndustriALL Global Union, Valter Sanches, expresó:
“Nos solidarizamos con los millones de trabajadores sudafricanos que luchan por sus empleos, contra la violencia de género y por la protección de la negociación colectiva. Estas son cuestiones ubicadas en el centro de las actividades sindicales, y no se debe permitir que los empleadores destruyan lo que el sindicato ha conseguido a través de años de lucha”.