28 enero, 2019El caso del cobalto
- Texto: Brian Kohler y Glen Mpufane
El aliciente de una solución tecnológica rápida
Vivimos en una época en que las nuevas tecnologías parecen prometer nuevas soluciones a los viejos problemas. IndustriALL ha estudiado la digitalización de la industria y el surgimiento de una serie de tecnologías de producción avanzadas que traen consecuencias adversas: ésta es la llamada Industria 4.0.
Un ejemplo de la digitalización es la tecnología blockchain. Las blockchain (“cadenas de bloques”) prometen todo, desde la protección de la privacidad hasta su destrucción final, desde nueva intromisión de máquinas con inteligencia artificial hasta la salvación de la humanidad.
Como se señaló en el documento de investigación de IndustriALL “El desafío de la Industria 4.0 y la exigencia de nuevas respuestas”, la minería cae en la categoría de menor impacto inmediato de la Industria 4.0. Sin embargo, la tecnología blockchain ocupa un lugar destacado entre las vías propuestas para abordar y combatir los abusos contra los trabajadores/as y otras prácticas insostenibles en las cadenas de suministro de minerales.
¿Qué es una blockchain?
Fundamentalmente, blockchain es una estrategia de seguridad de la información. Proporciona un nivel de seguridad más profundo que simplemente defender una base de datos que se encuentra en el servidor de una computadora. Blockchain encripta archivos específicos o “bloques” de datos, estructurados en lo que se denominan listas vinculadas para formar una “cadena”. Cada elemento de todas las listas viene con datos de identificación y un enlace al elemento anterior y al siguiente. Para poder agregarse a la cadena, cada nuevo bloque de datos debe autenticarse en determinados puntos mediante algún tipo de prueba, por ejemplo, realizando una operación matemática. Esta prueba debe ser difícil de falsificar pero fácil de verificar, para desalentar a personas que envíen correo no deseado o “spam” y a los piratas informáticos.
De esta manera se crea una cadena de datos en que se puede confiar, suponiendo que cada elemento se ha agregado en orden cronológico y que no se ha manipulado. Funciona bastante bien con el Bitcoin, por ejemplo. Es por esta característica que la blockchain parece interesante para la tarea de verificar la cadena de suministro del cobalto.
El ejemplo del cobalto en la RDC
Los defensores del sistema de las blockchain sostienen que un récord digital rastreable y verificable del cobalto, desde su origen en las minas de la República Democrática del Congo (RDC) hasta su instalación en la batería de un automóvil de Tesla, podría permitir que cualquier persona sepa exactamente cuándo y en qué mina - y potencialmente incluso por cuáles mineros - se había producido el cobalto específico para una determinada batería. Los defensores de este sistema señalan que de esta manera se podría garantizar que en la producción del cobalto no se hayan registrado abusos ambientales ni sociales, como el trabajo infantil o abuso de los derechos sindicales. Afirman también que en el caso de haber existido abusos de esta naturaleza, el sistema de las blockchain permite rastrear y abordar los abusos para remediarlos o castigarlos. El acceso a soluciones es de fundamental importancia, constituyendo la prueba decisiva de la utilidad de la tecnología blockchain en cuanto a procurar soluciones para los abusos.
Limitaciones tecnológicas
Aunque usamos términos como blockchain, en realidad no existe una entidad abstracta llamada blockchain. Es simplemente una red de computadoras concretas, propiedad de diversas personas, que utilizan un protocolo de autenticación acordado. ¿Dónde están estas computadoras, y cuáles son sus características? ¿Son vulnerables a fallos o se podría comprometer su seguridad?
Al aplicar el sistema de blockchain a la cadena de suministro del cobalto surge el problema de la capacidad. Se puede suponer que la mayoría de los productores a pequeña escala, especialmente los llamados mineros artesanales, no tendrán los recursos ni la capacidad para participar como un eslabón de la cadena. La minería artesanal es legal en la República Democrática del Congo, constituyendo una parte importante de la actividad minera del país, sin embargo presenta un enorme desafío para la cadena de suministro del cobalto. La industria se ve obligada a vender a través de empresas más grandes, creando nuevas oportunidades para la corrupción y la entrada de datos cuestionables. La tecnología no es garantía de confianza en el sentido humano.
Existen límites geopolíticos en la Internet, por lo tanto en algunas regiones puede ser difícil implementar blockchain públicas, como posiblemente sea el caso de la RDC. Además, hay países en vías de desarrollo a los que los países ricos o las corporaciones multinacionales intentarán vender implementaciones específicas de infraestructura de datos. Esto puede llevar a un país en vías de desarrollo a depender de una norma determinada que es incompatible con otras. Puede resultar difícil la intercomunicación y la estandarización entre miles de actores potenciales en diferentes regiones en una cadena de valor.
La inmutabilidad es una de las palabras que se usan frecuentemente para describir la tecnología blockchain, y la inmutabilidad es la característica hace que la blockchain sea apropiada para las criptomonedas. Sin embargo, las blockchain siguen siendo vulnerables a datos fraudulentos o mal identificados, especialmente al comienzo de la cadena. Tomando en cuenta los esfuerzos que han hecho algunos empleadores para evitar o falsificar las auditorías sociales, y los recursos que tienen algunos actores corporativos y gubernamentales para socavar cualquier sistema que restrinja su comportamiento, sería ingenuo suponer que no van a intentar hacerlo. Informes recientes que se refieren a un actor importante en la industria del diamante señalan que esto realmente puede pasar. Han surgido graves acusaciones de un importante comerciante internacional de diamantes, el Grupo Rapaport, competencia de la compañía De Beers, acusándola de ocultar el origen de los diamantes que comercializa a través de su extensa red de sightholders. Es primordial tener en cuenta que estas acusaciones se han hecho en el contexto del innovador anuncio de De Beers sobre la implementación de la tecnología blockchain para rastrear los orígenes de sus diamantes y como prueba de su práctica de abastecimiento ético.
Por último, se trata en el fondo de garantizar la integridad no sólo de la tecnología, sino también de los datos que se introducen en la tecnología. Los participantes actuales en la industria de minería del cobalto en la RDC no hacen confiar, al menos por ahora, que se va a aplicar realmente esa integridad. Con el surgimiento de las normas de sostenibilidad de las cadenas de suministro, ¿la tecnología blockchain podría constituir el puente entre el abuso y su remediación? Esa posibilidad seguirá siendo solamente una aspiración a menos que esta tecnología pueda ser plenamente adaptable a las características no matemáticas de la dimensión social de la sostenibilidad, garantizando la veracidad y calidad de los datos que se introduzcan en el sistema. La tecnología blockchain no cambia el principio de “basura que entra es basura que sale”.
Peligros potenciales y consecuencias imprevistas
La trazabilidad y verificabilidad del sistema blockchain suscita preocupaciones sobre la privacidad personal. Por cierto, la privacidad no es un objetivo de su aplicación a una cadena de valor como el cobalto. Sin embargo, podría resultar problemático si, por ejemplo, una persona identificada en la cadena invocara la legislación sobre el “derecho al olvido” de la UE. La eliminación de un dato podría potencialmente dañar toda la cadena. Las empresas también tienen preocupaciones por la privacidad. ¿Cómo se abordarán estos problemas?
¿Se quiere proponer una blockchain pública o privada? Si se trata de la primera, ¿quién establecerá las reglas y las normas que la rigen, y se podrá hacer que se cumplan en una red de nodos sujetos a control independiente? Si es una blockchain privada, ¿quién sería el dueño? Habiendo actualmente varios sistemas de propiedad, ¿quién será el dueño de los datos?
En el supuesto caso que se detecte que una gran cantidad de cobalto se ha producido usando mano de obra infantil o con violaciones de los derechos de los trabajadores/as ¿qué se va a hacer? ¿La blockchain ayudará a la policía? ¿El cobalto en sí estará siempre contaminado, o se va a usar de todas maneras? Una complicación es que el metal se puede fundir y alear con cualquier otro metal, volviéndose física y químicamente imposible de rastrear a partir de ese momento, lo cual hace destacar la importancia de la cadena de vigilancia en los informes de sostenibilidad.
La propuesta de utilizar la tecnología blockchain para seguir el rastro de una materia prima problemática como el cobalto pone de relieve el problema de que los expertos en blockchain son especialistas en datos, científicos informáticos y criptógrafos. Las criptomonedas se pueden considerar como productos de matemática pura. Sin embargo, las dimensiones ambientales y especialmente sociales de la sostenibilidad no son tan claras y metódicas. Los sociólogos, abogados de derechos humanos y ecólogos no suelen ser expertos en tecnología. Habría que resolver esa deficiencia.
Credibilidad de la blockchain como solución
Han fallado frecuentemente los intentos anteriores de resolver problemas sociales complejos con una solución tecnológica rápida. Un ejemplo de esto es el uso de pruebas de drogas y alcohol para resolver el problema social de la drogadicción. La informática supuestamente iba a democratizar la recopilación y distribución de noticias, sin embargo ha dejado la sociedad aislada, enajenada y fragmentada. Blockchain es una tecnología. Los problemas en la cadena de suministro del cobalto son sociales, culturales, ambientales, políticos y económicos, y siempre debemos estar atentos a consecuencias involuntarias e imprevistas, como por ejemplo que se dispare el consumo de energía para respaldar la blockchain, que se confunda la certificación con la verdad, o la corrupción. Si surgieran evidencias de abusos contra los derechos humanos después del inicio de una blockchain, ¿su inmutabilidad se convertirá en una carga en lugar de ser favorable?
Los conocimientos actuales sobre las blockchain surgen en gran parte de las criptomonedas. En cambio, es sumamente difícil evaluar el desempeño en la dimensión social de la sostenibilidad. Los datos suelen ser cualitativos en lugar de cuantitativos, y hasta cierto punto subjetivos en vez de objetivos. Esto no hace que estos indicadores sociales sean menos importantes que los económicos o ambientales que son más fáciles de medir y rastrear. Sin embargo, al aplicar la tecnología blockchain a este problema, se estaría tratando de resolver un problema social mediante una solución que fue elaborada para un elemento fácilmente cuantificable, una unidad monetaria. Hay por lo menos dos aspectos de mucha preocupación al respecto. Uno de estos problemas es el suponer que se le puede asignar un valor monetario (con que todos estarían de acuerdo) a algo que tiene valor social. Esto casi nunca sucede. Además, aunque supongamos que solamente estamos asignando una calificación numérica sin implicar un valor económico, se convierte en un número concreto que sugiere falsamente que existe un grado de certeza científica.
El mérito verdadero de un producto determinado, como por ejemplo el cadmio, sólo puede establecerse por vía de la auditoría. Existe toda una industria de personas y organizaciones que se especializan en auditorías sociales y ambientales, algunas conectadas a las casas de auditoría financiera tradicionales, aunque muchas de ellas funcionan en forma independiente. Las blockchain no cambiarán esta situación. Es el resultado de dichas auditorías lo que se convertirá en parte de la firma digital de determinado lote de cadmio, una etiqueta electrónica en ese lote. Lamentablemente, será más fácil verificar la autenticidad de la etiqueta, que las condiciones reales en las que se produjo la mercancía.
Soluciones alternativas
En el caso del cobalto, la gestión de los datos de la cadena de valor también se podría realizar con una base de datos, o repartiendo un libro de contabilidad, sin usar una blockchain. Una pregunta que debe hacerse es, ¿qué valor agrega una blockchain a estos otros enfoques? ¿Son las blockchain la mejor manera de resolver el problema de verificar el comportamiento en la cadena de valor del cobalto?
Si bien es prometedor el uso de protocolos como las blockchain para verificar o certificar la cadena de valor del cobalto, hay que ser precavido. Puede que las blockchain no ofrezcan grandes ventajas en comparación con otras tecnologías menos complicadas. Finalmente, no debemos confundir la trazabilidad o la verificabilidad con los méritos, dimensión de la sostenibilidad que seguirá siendo compleja y difícil de cuantificar.