8 mayo, 2024La represión sindical, que sucede cuando la empresa invierte dinero en sofisticadas tácticas para asustar a los trabajadores y hacer que voten en contra del sindicato, es una amenaza real para la sindicalización.
El derecho de sindicación es un derecho fundamental que establece que los empleados tienen derecho a trabajar colectivamente en temas de interés común, como los salarios y las condiciones de trabajo. En los Estados Unidos, la discriminación sindical abunda en los estados del sur, incluso en las empresas que normalmente participan en la negociación colectiva y el diálogo social en el resto del mundo.
Se necesitaron tres elecciones en diez años para que los trabajadores de la planta de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, lograran obtener un voto mayoritario para afiliarse a un sindicato. Hasta entonces, era la única planta de Volkswagen en el mundo sin representación sindical. Una de las razones por las que los trabajadores finalmente ganaron las elecciones con una mayoría abrumadora fue porque esta vez el empleador adoptó una posición casi neutral y no utilizó tácticas antisindicales.
La próxima semana, los trabajadores de la planta de Mercedes Benz en Alabama votarán para unirse al UAW, un afiliado de IndustriALL. Esta votación se ha visto plagada de ataques antisindicales, desinformación e intimidación por parte del empleador, que ha intentado intimidar a los trabajadores para que voten en contra de afiliarse al sindicato.
Si bien los organizadores sindicales no pueden acceder al lugar de trabajo antes de la votación, el empleador está yendo a por todas, contratando a costosos y experimentados agentes antisindicales con el único objetivo de asustar a la gente para que vote “no” al sindicato. Los trabajadores deben asistir a reuniones obligatorias con los directores, en las que se les incita directamente a votar en contra. Esto va acompañado de un sitio web, anuncios de radio y pancartas en las instalaciones de Mercedes Benz.
Los trabajadores son bombardeados con mentiras sobre el sindicato, en las que se presenta al UAW como corrupto, que tiene una agenda secreta para trasladar puestos de trabajo de los Estados Unidos a México, con el argumento de que las huelgas y los beneficios sindicales suelen resultar en despidos permanentes. Mediante estos mensajes, lo que se insinúa es que un voto a favor del sindicato equivale al cierre de la planta de Mercedes Benz y que la gente se quedará sin los empleos que tanto se necesitan.
Se insta a los trabajadores a “pensar en las consecuencias” de decir que sí a un sindicato. En su sitio web, el comité de información de los trabajadores de MBUSI afirma “educar a los empleados sobre la agenda radical y egoísta del UAW”. El mensaje es claro: ahora somos una gran familia, pero si votan por el UAW, ya no lo seremos.
Y en una flagrante muestra de falta de respeto por los derechos fundamentales de los trabajadores, los gobernadores de Alabama y los estados vecinos expresaron una fuerte oposición en una declaración pública, con argumentos infundados de que los sindicatos podrían poner en peligro la creación de empleo y el crecimiento económico en la región.
Atle Høie, secretario general de IndustriALL, expresó:
“Los empresarios quieren que los trabajadores confíen en ellos como si fueran de la familia. El hecho es que lo que quieren es quedarse con la mayor parte posible de las plusvalías que crean los trabajadores y distribuirlas entre los accionistas y los salarios de la dirección. La única familia que luchará por el salario y las condiciones de trabajo de los trabajadores es el sindicato”.