26 noviembre, 2021El 23 de noviembre de 2021, unos 30 delegados de EE. UU., Colombia, Chile, Perú, Países Bajos, Italia, Reino Unido, Indonesia y Francia participaron de la reunión de la red sindical mundial de O-I Glass para discutir cuestiones relacionadas con la salud y la seguridad, el uso extremo del empleo precario y la implementación de la tecnología modular MAGMA y su impacto en los trabajadores, así como las perspectivas de diálogo social con la empresa.
O-I Glass (anteriormente Owens-Illinois) es una empresa de origen estadounidense con aproximadamente 25.000 empleados y 72 plantas distribuidas en 20 países. Actualmente, O-I atraviesa épocas difíciles: en 2020, tenía una deuda pendiente de 5100 millones de dólares. Si bien se trata de una leve disminución respecto de los 5600 millones que tenía en 2019, la deuda pendiente hace que la empresa sea vulnerable a las condiciones económicas adversas y le obliga a dedicar una parte sustancial del flujo de efectivo proveniente de sus actividades al servicio de la deuda. En julio de 2020, la multinacional vendió por completo sus plantas en Australia y Nueva Zelanda, que representan la mayor parte de sus actividades comerciales en Asia Pacífico, para pagar la deuda. La empresa todavía está presente en Indonesia.
Los sindicatos de América del Sur e Indonesia informaron que padecen grandes dificultades en términos de condiciones de trabajo, seguridad y diálogo social.
Justo antes de la reunión de la red ocurrió una tragedia en Brasil: el 10 de noviembre, en una fábrica de O-I Glass en São Paulo, un horno de vidrio tuvo una filtración que provocó lesiones a cuatro trabajadores. Uno de ellos, Antônio Carlos Tola Júnior, de 43 años, coordinador de lotes y hornos, fue ingresado en el hospital con quemaduras en el 75 por ciento de su cuerpo.
O-I impone una flexibilidad extrema a sus trabajadores en cuanto a las condiciones de trabajo. En Francia, por ejemplo, en 2021 se observó un aumento del 25 por ciento en la subcontratación en comparación con 2020. Esta elección de la precariedad conduce inevitablemente a una menor profesionalidad, menos competencia y una mayor inseguridad. También se puede observar una tendencia similar en otros países.
La empresa está introduciendo una nueva generación de hornos de vidrio denominados MAGMA (Fabricación de vidrio modular avanzado, por sus siglas en inglés), que son hornos de baja capacidad de 120 a 150 toneladas. La empresa los describe como un avance tecnológico, pero a los trabajadores les preocupa que la nueva tecnología promueva aún más la flexibilidad y permita que la empresa cierre los hornos con mayor facilidad.
Luego de la reunión de la red mundial en EE. UU. celebrada a fines de 2018, IndustriALL Global Union y el sindicato United Steelworkers (USW) quisieron establecer un diálogo internacional, pero hasta ahora estos intentos no han arrojado resultados tangibles.
Para encontrar soluciones a estos desafíos, los delegados de la reunión decidieron revitalizar el trabajo de la red y establecieron un comité directivo para mantener la comunicación sobre la información económica, social, industrial y ambiental, más allá de las reuniones anuales de la red mundial.
Alexander Ivanou, responsable de industrias de materiales de IndustriALL, afirmó:
“A pesar de durar unas pocas horas, esta reunión de la red fue muy productiva. Discutimos los graves problemas existentes en materia de salud y seguridad, el trabajo precario y también la falta de consulta con los representantes de los trabajadores sobre las nuevas tecnologías. Continuaremos supervisando la situación en la empresa y no detendremos nuestros intentos de entablar un diálogo social con esta. Los sindicatos utilizarán todas las herramientas existentes a su disposición para lograrlo”.