2 septiembre, 2015Gracias a las huelgas realizadas por los trabajadores de Volkswagen y Mercedes Benz en Brasil, y a la solidaridad nacional e internacional recibida, las empresas accedieran a reincorporar a los trabajadores despedidos. Un nuevo ejemplo de que con la lucha unida se alcanza la conquista
Los trabajadores de dos importantes automotrices en Brasil decidieron entrar en huelga por el anuncio de 50 despidos en Volkswagen en Taubaté y 1500 en Mercedes-Benz en Sao Bernardo do Campo. Luego de la lucha interrumpida de sus compañeros, las empresas decidieron cancelar los despidos anunciados y reintegraron a quienes ya habían sido apartados de sus puestos.
La huelga en Volkswagen comenzó el 17 de agosto y durante los días de movilización los trabajadores recibieron el apoyo y solidaridad de los sindicatos de la rama metalúrgica de Brasil y del mundo. Finalmente la firma accedió el día 28 a abrir un Programa de Retiro Voluntario e hizo una adición al contrato colectivo de trabajo en la sección de cláusulas económicas. Además acordó que la empresa y el sindicato de la CNM-CUT, a su vez afiliado a IndustriALL Global Union, negociarán alternativas de despido si llegara a ser necesario.
Por su parte la huelga de los trabajadores de Mercedes Benz comenzó el 24 de agosto y también contó con el apoyo de decenas de sindicatos de Brasil y del extranjero, y del Comité Mundial de Trabajadores de Daimler. La empresa decidió cancelar el lunes 31 los 1.500 despidos anunciados y los trabajadores aceptaron adherirse al Plan de Protección de Empleo (PPE), el cual les asegura la estabilidad de sus empleos durante un año. A su vez la compañía aprobó la propuesta de ajuste de las cláusulas económicas que habían sido negociadas entre la empresa y el sindicato, el cual también es afiliado a CNM/CUT y a IndustriALL
Según el Secretario General Adjunto de IndustriALL, Fernando Lopes:
“Estas luchas y victorias comprueban que para enfrentar a las multinacionales necesitamos por un lado una fuerte organización en los lugares de trabajo, y por otro a las redes de solidaridad tanto nacionales como internacionales. Ellas fuerzan a las empresas a negociar, respetando los derechos de los trabajadores”