14 marzo, 2023La semana pasada, al menos seis mineros murieron a causa de una fuga de gas tóxico y otros cuatro fueron asesinados a tiros por grupos militantes en la zona minera de Harnai, Pakistán.
Las minas pakistaníes son tristemente famosas por ser uno de los lugares de trabajo más mortíferos del mundo, donde muchos trabajadores pierden la vida cada mes. La falta de orden público en estos lugares agrava el sufrimiento de los mineros, que suelen ser asesinados y secuestrados por grupos militantes.
El Gobierno pakistaní y los propietarios de las minas no se esfuerzan por garantizar lugares de trabajo seguros para los trabajadores. Pakistán aún no ha ratificado el Convenio 176 de la OIT de 1995, que exige la salud y la seguridad en todas las minas.
Según los afiliados de IndustriALL en el país, al menos 300 mineros han muerto y más de 100 han sufrido lesiones graves en los últimos dos años. Al 10 de marzo de este año, se han registrado al menos 30 fallecidos y más de 20 heridos.
Los mineros pierden la vida tanto en las minas estatales como en las privadas. Los derrumbes, las electrocuciones, las explosiones y las intoxicaciones son las causas más comunes de estas muertes y lesiones. Las víctimas, por su parte, no reciben indemnización alguna debido a la falta de registros de asistencia y de un sistema de seguridad social.
Pakistán importa petróleo y gas de Ucrania, por lo que la situación actual de este país europeo le ha generado una grave crisis energética. Sus reservas de divisas se están desplomando y no puede importar petróleo y gas de otros países. Esta crisis, a su vez, ha provocado una escasez masiva de electricidad.
Esta situación ha sometido a la industria del carbón a una presión enorme, ya que debe abastecer a las centrales eléctricas para cubrir las necesidades de energía. Sin embargo, este sector se encuentra en aprietos debido a las restricciones de importación, y los bancos se niegan a aprobar las cartas de crédito. Ahora, la presión para gestionar la crisis ha recaído en la industria nacional del carbón. Los mineros, que ya trabajaban en condiciones peligrosas, se ven obligados a aumentar la producción a costa de la seguridad laboral.
Los empleadores no están asignando ningún recurso para capacitar a los mineros en materia de seguridad, así como tampoco el Gobierno hace cumplir las normas a este respecto. Este suele ser el caso en las minas privadas no registradas.
Sultan Khan, secretario general de la Federación Central del Trabajo Minero de Pakistán, afiliada a IndustriALL, expresó:
“La situación en las minas de carbón está empeorando debido a la falta de aplicación de las leyes laborales, así como a la negligencia del Ministerio de Trabajo. Exigimos que el Ministerio de Minería realice una investigación exhaustiva de los accidentes y que se presenten causas penales contra los propietarios de las minas”.
La secretaria regional de IndustriALL para Asia del Sur, Apoorva Kaiwar, declaró:
“IndustriALL pide al Gobierno pakistaní que ratifique inmediatamente el C176 de la OIT. Los empleadores deben garantizar que los trabajadores cuenten con condiciones de trabajo seguras”.