10 noviembre, 2022Si bien solo han pasado cuatro días desde el inicio de la COP27, la expresión “Transición Justa” se puede ver y escuchar por todas partes. Los sindicatos que participan de la COP27 tienen muy claro que este término, acuñado por nuestro movimiento, no debe ser utilizado por los Gobiernos y los empleadores si planean una transición que no incluya a los trabajadores en la mesa de negociación.
La presión en la COP de este año para lograr resultados es muy fuerte, ya que estamos lejos de los objetivos establecidos por el Acuerdo de París. El calentamiento global está aumentando y la financiación de la transición es central en el debate.
El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) sobre el financiamiento climático, que debe estar finalizado para 2024, reemplazará el objetivo de 100 mil millones de dólares establecido en Glasgow para este fin. Está claro que deberíamos aspirar a billones de dólares si queremos lograr verdaderos resultados.
Los países industrializados desarrollados del norte global, cuyas emisiones han impulsado en gran medida el calentamiento global, son a los que más se les exige que se hagan cargo y paguen por esta transición. Sin embargo, estamos lejos de lograr la financiación necesaria porque el debate avanza muy lentamente y los países desarrollados no demuestran tener apuro.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar la información científica relacionada con el cambio climático. El informe del IPCC de 2022 señala que:
- los efectos relacionados con el clima son peores de lo previsto en todo el mundo;
- los efectos del cambio climático serán aún peores a corto plazo;
- los riesgos aumentarán rápidamente con las temperaturas cada vez más altas, lo que generará efectos irreversibles del cambio climático;
- la desigualdad, los conflictos y los problemas de desarrollo aumentan la vulnerabilidad a los riesgos climáticos;
- la adaptación es crucial, ya existen soluciones viables, pero se necesita más apoyo para llegar a las comunidades vulnerables; y
- algunos efectos del cambio climático ya son demasiado graves para lograr esta adaptación, necesitamos medidas urgentes para hacer frente a las pérdidas y los daños.
El IPCC también estima que se necesitará una inversión anual mucho mayor de todas las partes interesadas a nivel mundial para lograr la transición a un futuro con bajas emisiones de carbono y evitar que el calentamiento supere los 1,5 °C.
La COP de este año también se conoce como “la COP de África”, ya que debe abordar los desafíos climáticos de África y cumplir con la financiación climática.
África tiene problemas, pero aún es posible una transición. ¿Cómo se logrará? Las economías actuales se basan en la explotación de los recursos naturales; por eso es clave lograr una Transición Justa que genere más empleos decentes y que implique inversiones en una producción sostenible desde el punto de vista ambiental.
Es clave mejorar la situación de las 600 millones de personas en África que no tienen acceso a la energía. Debemos centrarnos en las tecnologías renovables en la energía, la agricultura y el transporte para mejorar el bienestar de las comunidades.
Apenas una semana después del inicio de la conferencia, los sindicatos están trabajando intensamente para garantizar que las normas de Transición Justa se incluyan en todos los niveles de las negociaciones. Es importante movilizarse para captar la atención de ministros y representantes gubernamentales. Las áreas clave en las que se centran los sindicatos son el financiamiento climático, las pérdidas y daños, las medidas de respuesta y la mitigación.
“Debemos asegurarnos de que los compromisos del Acuerdo de París se implementen y que los más afectados por el cambio climático reciban soluciones reales. Los trabajadores no deben pagar las consecuencias de la crisis climática, energética y de precios, y como sindicatos debemos garantizar una Transición Justa para todos. Nadie puede quedar relegado”,
expresó la directora del sector de energía Diana Junquera Curiel.
La COP27 se desarrolla actualmente en Egipto. El jueves por la mañana, se llevó a cabo una manifestación donde todos los participantes vistieron de blanco en solidaridad con los activistas encarcelados.
Alaa Abdel-Fattah, de nacionalidad británica y egipcia, fue encarcelado hace casi una década por las autoridades egipcias acusado de difundir información errónea. Ha estado en huelga de hambre durante meses y el domingo dejó de beber agua para llamar la atención sobre su lucha y la de activistas de derechos humanos como él durante la COP27.
“Los abusos de los derechos humanos nos conciernen, son centrales en nuestra lucha. Si no tenemos democracias fuertes comprometidas con los derechos humanos y laborales fundamentales, ¡entonces nuestra lucha por lograr metas climáticas justas será imposible!”
expresó la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow.