16 noviembre, 2021La 26.ª Conferencia de las Partes concluyó el sábado 13 de noviembre. Los representantes sindicales que asistieron a la conferencia creen que el acuerdo final alcanzado el sábado por la noche, llamado el Pacto Climático de Glasgow, carece de la ambición necesaria para limitar el calentamiento global a 1,5 °C en comparación con los niveles preindustriales, como se define en el Acuerdo de París.
A pesar de las restricciones vinculadas a la pandemia, una cantidad impresionante de sindicatos, coordinados por la Confederación Sindical Internacional (CSI), estuvieron representados en la COP. En una declaración publicada el 15 de noviembre, la CSI destacó que los planes de empleo con una Transición Justa son esenciales para implementar el acuerdo.
Las demandas más importantes de los sindicatos se referían a la integración de la Transición Justa en la parte operativa del Acuerdo de París —el llamado Libro de reglas de París— así como el compromiso con los derechos humanos y la necesidad de implementar compromisos en materia de financiamiento de la lucha contra el cambio climático, así como también de las pérdidas y daños para compensar a los países vulnerables que enfrentan desastres climáticos.
Antes de la conferencia, el Panel Internacional del Cambio Climático constató que el calentamiento global ya había alcanzado 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales y que estaba en camino de alcanzar los 2,7 °C. Los países tampoco cumplirán con las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) para 2030: en lugar de alcanzar la meta necesaria de una reducción de emisiones del 45 por ciento, se espera que estas aumenten en un 13 por ciento para ese año. Se solicitó a los países que presenten sus CDN actualizadas en 2022.
Los países desarrollados no cumplieron con sus compromisos de proporcionar 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. En cambio, se comprometieron a definir un nuevo objetivo económico para 2024 y duplicar el financiamiento de la lucha contra el cambio climático para 2025.
En la sesión plenaria de clausura del sábado por la noche, China e India diluyeron sus compromisos respecto de la “eliminación progresiva” de los subsidios al carbón y los combustibles fósiles al sustituir este término por una “reducción progresiva”. Esta modificación se incluyó en el texto final del acuerdo, al tiempo que se desalentó a otros países de introducir nuevas modificaciones para poder cerrar las negociaciones. Fundamentalmente, a México se le impidió introducir términos sobre derechos humanos.
Los países vulnerables al cambio climático se sintieron pisoteados por este cambio en los términos, al tiempo que su lucha por un mecanismo financiero que los ayudara a hacer frente a las pérdidas y daños fue bloqueada, en particular por Estados Unidos y la UE.
En representación del movimiento obrero mundial, Richard Hardy, del sindicato Prospect, se dirigió a la sesión plenaria final:
“Como la voz de los trabajadores, estamos realmente desconcertados. ¿A quién han estado escuchando en el período previo a esta COP? ¿Cómo ha quedado tan cortos los resultados con respecto a la ambición, las finanzas, la responsabilidad y la inclusión?”
Hardy concluyó:
“¡Los derechos laborales son derechos humanos! Los sindicatos deben tener voz y voto en los procesos de diálogo social destinados a generar empleos, planes de transición justa e inversiones.
Así es como lograremos la ambición climática que se necesita. Esperábamos una mayor ambición aquí en Glasgow y, a medida que avanzamos, el movimiento sindical mundial exige que fijemos un objetivo mucho, mucho más alto”.
Los sindicatos obtuvieron algunas victorias: se incluyeron términos relativos a la Transición Justa en el preámbulo del Artículo 6 del Libro de reglas, que trata sobre los Mercados Internacionales de Carbono, y se lograron compromisos prometedores, como la Declaración sobre la Transición Justa y el compromiso de financiar la eliminación progresiva del carbón en Sudáfrica.
“Lamentamos la falta de ambición y compromiso con la Transición Justa. Los sindicatos exigieron muy activamente una ambición climática vinculada a las garantías de empleos de calidad y a mecanismos sólidos de diálogo social. Esto solo se logrará si los compromisos de Transición Justa se integran sistemáticamente en las partes operativas del Acuerdo de París”.
El secretario general adjunto de IndustriALL Global Union, Kemal Özkan, expresó:
“La transición a las cero emisiones netas no es una transición de los ricos, los gobiernos, las empresas multinacionales y las instituciones financieras. Es una transición de todas las personas y de todos los países. Sin embargo, en las últimas etapas de las negociaciones, esto no pareció importarles a las potencias que toman las decisiones finales.
Conseguimos un acuerdo multilateral, pero vimos mucha hipocresía y manipulación en la sala plenaria. Nos decepcionó especialmente ver cómo la UE bloqueaba los pedidos de los países en desarrollo de un mecanismo financiero que los ayudara a enfrentar las pérdidas y daños causados por los desastres climáticos”.
Los sindicatos seguirán luchando por la ambición climática vinculada a la Transición Justa, conforme a directrices de la OIT, en la COP27, que se celebrará el próximo año en Sharm el Sheij.