4 agosto, 2015El Premio George Meany-Lane Kirkland de Derechos Humanos de 2015 reconoce el coraje y la persistencia de los trabajadores de Swazilandia en la exigencia de sus derechos en uno de los países más autocráticos del mundo.
Swazilandia ha tenido en el pasado una plataforma legal básica para la defensa de los derechos de los trabajadores, un sistema de relaciones laborales que incluía una magistratura del trabajo, un órgano de mediación y conciliación y un sistema de diálogo tripartito entre sindicatos, empleadores y gobierno, coexistente con el régimen autocrático del monarca. Sin embargo, en los últimos años, el Gobierno monárquico de Swazilandia ha sido cada vez más represivo.
A la Trade Union Confederation of Swaziland (TUCOSWA), formada en 2012 mediante la fusión de la Swaziland Federation of Labour, la Swaziland Federation of Trade Unions y la Swaziland National Association for Teachers, se le negó el registro y el régimen legal durante tres años, y en ese período se restringió el espacio político de los sindicatos. El diálogo tripartito se interrumpió y la libertad de asociación de redujo por la constante actuación de la policía contra las reuniones y las protestas sindicales.
Pese a la presión de otros países y de la Organización Internacional del Trabajo, el Gobierno de Swazilandia se negó a hacer las reformas políticas prometidas que reconocerían la libertad de reunión, de expresión y de sindicación, y limitarían la amplia autoridad discrecional de la policía para desbaratar las actividades sindicales y detener a activistas de la sociedad civil, incluidos dirigentes sindicales, periodistas, líderes estudiantiles y disidentes políticos.
“La agresiva actitud del Gobierno de Swazilandia viola sistemáticamente su compromiso internacional con las normas fundamentales del trabajo y pone en peligro el desarrollo económico del país. Debido a su clara violación de los criterios de elegibilidad de los derechos de los trabajadores en la Ley sobre Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), Swazilandia perdió el acceso preferencial al mercado de Estados Unidos en 2015,” explica la AFL-CIO. “Como consecuencia, se perdieron miles de empleos en el sector de la confección, y se pueden perder varios miles más en el curso del año. La inconsistente adopción de decisiones del Gobierno sigue siendo el mayor obstáculo para la creación de empleo y la reducción de la pobreza en el país.”
Como los ataques legales y físicos a los trabajadores swazi y sus aliados han sido cada vez más frecuentes, la TUCOSWA se ha mantenido firme en el apoyo de los derechos de los trabajadores, defendiendo su derecho a existir y a respaldar a los activistas de derechos humanos perseguidos y encarcelados ilegalmente. La TUCOSWA ha apostado por la democracia, la libertad de expresión y la libertad de reunión. Merced a sus persistentes esfuerzos y al apoyo de sindicatos del mundo entero, la TUCOSWA ganó su batalla por el reconocimiento en mayo de 2015, pero sigue afrontando obstáculos para hacer realidad su condición jurídica.
“Swazilandia no podrá hacer frente a sus principales necesidades económicas sin que la TUCOSWA apoye firmemente los esfuerzos de los trabajadores para organizarse, negociar y defender sus derechos humanos fundamentales”, dice la AFL-CIO. “Por su dedicación a la lucha por un país más democrático que reconozca y proteja la libertad sindical y los derechos de los trabajadores, la AFL-CIO se complace en conceder a la TUCOSWA el Premio George Meany-Lane Kirkland de Derechos Humanos.”