13 marzo, 2015En un informe de Human Rights Watch (HRW) se ha criticado severamente las prácticas de fábricas camboyanas proveedoras de marcas como Marks and Spencer, Gap, Adidas y H&M, dando a conocer acusaciones de casos de trabajo infantil, sobretiempo obligatorio y agresiva discriminación antisindical.
Así lo expresa una investigación realizada por HRW sobre las condiciones de trabajo en 73 fábricas. Esta investigación fue hecha para el informe 'Work Faster or Get Out' (“Trabajen más rápido o váyanse”). Se basó en entrevistas a 270 trabajadores, sindicatos de los ocho afiliados de IndustriALL Global Union en el sector de la confección de Camboya, y también se entrevistó a funcionarios gubernamentales, activistas de los derechos laborales y a representantes de la Asociación de Fabricantes de Indumentaria de Camboya (GMAC).
En este informe se acusa a las marcas de no proteger ni promover los derechos de los trabajadores, tanto en las fábricas que les proveen los productos en forma directa, como en las plantas de provisión indirecta de las cadenas de suministro. También critica a las marcas por la falta de protección de los denunciantes y por clausurar aquellas fábricas en las que se han identificado algunos problemas: en lugar de corregir los problemas, se pone en peligro los puestos de trabajo, haciéndose menos probable que se denuncien las violaciones de los derechos laborales.
Por otra parte, Human Rights Watch también encontró que muchas fábricas suscribían reiteradamente contratos ilegales de corta duración para poder así controlar y despedir más fácilmente al personal, evitando pagos por maternidad y otros beneficios y haciendo más difícil la afiliación sindical o la creación de sindicatos.
Por su lado, Jyrki Raina, Secretario General de IndustriALL, señaló al respecto: “Este informe es una prueba más de que las denominadas prácticas de responsabilidad corporativa, sólo sirven para realzar la reputación de las marcas, y no evitan el abuso contra los trabajadores. Es necesario establecer urgentemente nuevas maneras de abordar este problema: IndustriALL está trabajando intensivamente para hacer que la industria de la confección a nivel mundial sea segura y sostenible. El informe de HRW demuestra que todavía tenemos un largo camino por recorrer.”
El informe también denuncia a Marks and Spencer, Gap y Joe Fresh (Loblaw) por guardar en secreto los nombres y la dirección de sus fábricas proveedoras, haciendo difícil el trabajo de supervisión de las condiciones laborales en esas plantas.
Sobretiempo obligatorio
Los trabajadores y trabajadoras de las fábricas, tanto de contratistas como subcontratistas, denunciaron el hecho de que administradores de las plantas les habían amenazado con despido o reducción salarial si pedían no trabajar las horas extraordinarias. Además de la semana laboral estándar de 48 horas, en Camboya la legislación laboral establece un límite de 2 horas extras al día (12 horas a la semana). Sin embargo, la mayoría de los trabajadores y trabajadoras entrevistados se veían obligados a trabajar horas de sobretiempo muy por encima de este límite semanal de 12 horas.
Debido a la presión para cumplir con las metas de producción, los trabajadores/as informaron que las empresas restringen la posibilidad de utilizar los baños, tener descansos, o tomar agua. Algunos dijeron que les habían intimidado físicamente por trabajar "lento".
Discriminación contra las mujeres
Las trabajadoras de muchas fábricas informaron que su empresa despide a las mujeres embarazadas y que la administración se niega a renovar sus contratos de corta duración.
“La administración entrevista a las trabajadoras, y se enfada cuando se entera de que alguna está embarazada; luego la empresa despide a las embarazadas”, dijo Nheoum Soya, trabajadora de una fábrica en Phnom Penh. “Decidí abortar a mi bebé para que pudiera volver a trabajar, pensando que así podía ser buena trabajadora y que tal vez la administración se alegraría de contar conmigo”.
Los administradores de las fábricas tampoco hacían concesiones a las mujeres embarazadas, negándoles la posibilidad de ir al baño con más frecuencia; acosaban a las mujeres embarazadas por ser poco productivas.
Se encontró que el acoso sexual era común en forma de comentarios y proposiciones sexuales y que los administradores y compañeros de trabajo tocaban inapropiadamente y pellizcaban a las mujeres.
Discriminación antisindical
Human Rights Watch encontró evidencias de actividad antisindical en por lo menos 35 fábricas en Camboya desde 2012. Esto incluye mantener a los trabajadores con contratos a corto plazo, despedir o acosar a representantes sindicales recién elegidos, y promover sindicatos amarillos.
Por otro lado, los sindicatos dijeron que tan pronto como los trabajadores trataban de crear un sindicato, la administración de la fábrica despedía a los dirigentes sindicales, o bien les obligaba a renunciar al sindicato o les ofrecía sobornos para evitar la afiliación sindical o la formación de sindicatos.
Fábricas subcontratistas
En general, se encontró que eran peores las condiciones de trabajo en las fábricas subcontratistas. En estas plantas, los trabajadores/as dijeron que la empresa les obligaba a trabajar por menos del salario mínimo, que no recibían pago por maternidad y, en algunos casos, se les había obligado a trabajar los domingos y días feriados, sin pago por horas extras. En estas fábricas, los trabajadores dijeron que tenían miedo de formar o afiliarse a un sindicato.
Lo más preocupante era que algunos trabajadores dijeron que en la fábrica subcontratista donde trabajaban se empleaba a niños para trabajar, que los escondían cuando había visitas. En una fábrica subcontratista de H&M, se obligaba a niños con menos de la edad legal de 15 años a trabajar tan duro como los adultos.
Falla el gobierno en cumplir sus responsabilidades
Human Rights Watch calificó de “abismante” la labor realizada por el gobierno de Camboya para hacer cumplir la sólida legislación laboral del país. Se entrevistó separadamente a dos ex inspectores de trabajo quienes contaron que existe un "sistema de sobres" con el cual los administradores de las fábricas pagan coimas a los inspectores que visitan para producir informes favorables.
Según estadísticas del gobierno, de miles de inspecciones realizadas entre enero de 2009 y diciembre de 2013, sólo se impuso multas por irregularidades a diez fábricas, por violación de las normas requeridas por las inspecciones de trabajo.
En 2014, las exportaciones de prendas de vestir de Camboya alcanzaron US$ 5,7 mil millones; se calcula que las mujeres constituyen aproximadamente un 90% a 92% de los 700.000 trabajadores de esa industria.