23 abril, 2020Hace dos años, la multinacional estadounidense de neumáticos Goodyear despidió a más de 50 trabajadores por denunciar sus injustas condiciones de trabajo. Siete de ellos todavía luchan activamente para recuperar sus empleos, así como el pago retroactivo de sus salarios debido a lo injusto de sus despidos.
La planta, ubicada en la ciudad industrial mexicana de San Luís Potosí, tiene una representación sindical fraudulenta a cargo de la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), que está alineada con el empleador.
Los trabajadores no eligieron a este sindicato falso para su representación, y no tienen forma de plantear problemas o establecer las prioridades que se plantearán a la dirección.
En 2015, dos años antes de que la planta empezara a funcionar, la CTM firmó con Goodyear un contrato de protección, un falso convenio de negociación colectiva, para este sitio.
En una carta a la secretaria de trabajo y previsión social de México, Luisa María Alcalde Luján, el secretario general de IndustriALL Global Union, Valter Sanches, le solicitó la intervención del gobierno para hacer cumplir la ley. Específicamente, la empresa sigue negando a sus empleados importantes protecciones laborales previstas por la reforma de la ley laboral que se promulgó recientemente.
Los despidos masivos de alrededor de 50 personas, realizados el 9 de julio de 2018, fueron fuertemente condenados por IndustriALL en ese momento. Los sindicatos de Goodyear de todo el mundo tomaron medidas de solidaridad en apoyo de la demanda de la reincorporación de los trabajadores mexicanos y el derecho a elegir cómo organizarse.
El sindicato líder en esta iniciativa es el USW en América del Norte, que representa a una cantidad significativa de empleados de Goodyear en el país de origen de la empresa, Estados Unidos.
Dirigiéndose a Goodyear, Valter Sanches expresó:
“Me preocupa que Goodyear no haya reincorporado a ninguno de los trabajadores que protestaron por sus despidos. Les insto a que vigilen de cerca el progreso de los casos legales relacionados con el restablecimiento y el pago retroactivo total de los trabajadores despedidos injustamente por protestar contra la representación de la CTM y las condiciones de trabajo inseguras”.
Las instalaciones de Goodyear en San Luis Potosí han estado cerradas desde el 18 de marzo debido al brote de la COVID-19. A los trabajadores se les dijo que continuarían recibiendo el 75 por ciento del salario mientras la fábrica esté cerrada. Sin embargo, el gobierno mexicano declaró reiteradamente que los trabajadores deben recibir el 100 por ciento de su paga durante este período.
Las autoridades de este país declararon una emergencia sanitaria durante el mes de abril. En contravención de las órdenes oficiales, Goodyear está obligando a los trabajadores a usar su salario vacacional y amenazando con hacer uso de futuras vacaciones acumuladas para compensar a los trabajadores en el presente.
“Cuando los trabajadores regresen al trabajo, es fundamental que puedan ejercer su derecho a la libertad de asociación y la negociación colectiva. También es esencial que la empresa no use esta pandemia para eliminar a los activistas laborales de su nómina. La nueva ley laboral mexicana no beneficiará a los trabajadores si a los empleadores se les permite violarla impunemente”,
expresó Valter Sanches.