27 junio, 2014En un descarado acto de represión, el gobierno turco ha prohibido una huelga de 6.000 trabajadores del vidrio bajo el pretexto de que viola la salud y seguridad y que pone en peligro la seguridad nacional.
A propósito de esta huelga, que fue iniciada el 20 de junio por Kristal-İş, sindicato afiliado a IndustriALL Global Union, se movilizaron 5.800 sindicalistas de diez fábricas pertenecientes a Sisecam, el mayor productor de vidrio de Turquía.
En la actualidad, la legislación vigente de Turquía faculta al gobierno, a través de un decreto, suspender una huelga por 60 días si es perjudicial para la salud pública o la seguridad nacional; esto equivale, en la práctica, a la prohibición de cualquiera huelga.
En una carta dirigida a Recep Erdoğan, Primer Ministro de Turquía, Jyrki Raina, Secretario General de IndustriALL, se expresa en términos inequívocos, condenando la actual legislación:
"Protestamos enérgicamente por el señalado decreto, ya que IndustriALL Global Union y sus afiliados en todo el mundo consideramos que es completamente inaceptable. Constituye un claro atentado contra el derecho de huelga, que es uno de los derechos fundamentales de los trabajadores, garantizado por los convenios - que han sido ratificados por el gobierno turco - y por la jurisprudencia de la Organización Internacional del Trabajo".
La multinacional Sisecam, que emplea a 18.000 trabajadores en ocho países diferentes, es una de las compañías más grandes de Europa. Los trabajadores del vidrio que laboran para la señalada empresa han declarado la huelga para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo.
Últimamente, Turquía ha sido blanco de la crítica y condena mundial a consecuencia de la prohibición ilegal de huelgas en los sectores del vidrio y del caucho. El Consejo de Estado de Turquía dijo que las huelgas en estos sectores nunca podrían constituir un peligro para "la salud general y la seguridad nacional".
La Organización Internacional del Trabajo también criticó al gobierno por obstaculizar la libertad sindical al prohibir las huelgas en esta industria, ya que la huelga del sector del vidrio no constituye, aparentemente, ninguna amenaza para la seguridad nacional.
"Pedimos al Gobierno de Turquía proteger los derechos de los trabajadores de acuerdo con las normas y reglas internacionales, en lugar de proteger los intereses empresariales. Además, estamos convencidos de que el gobierno debe responder ante el homicidio industrial en Soma, donde fallecieron 301 mineros y 432 niños quedaron sin padre", escribió Raina.