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14 febrero, 2019El futuro de la producción y del trabajo en la Industria 4.0 (la inteligencia artificial, la automatización y la robótica) impactará en la sociedad en general. Si la industria 4.0 apunta a redefinir las relaciones laborales, resulta fundamental incorporar la perspectiva de las mujeres.
En una economía basada más en la innovación y en las habilidades que en la fuerza física, existe el potencial de alcanzar una mayor igualdad de género.
Sin embargo, para las mujeres latinoamericanas aún sobreviven barreras para su acceso a la educación, la capacitación y el avance laboral.
Muchas no pueden balancear sus responsabilidades familiares con la necesidad de capacitación. Esto, en un futuro, puede consolidar y aumentar las desigualdades de género existentes en el mercado de trabajo.
Es posible que los avances tecnológicos de la industria 4.0 lleven a la creación de nuevos puestos de trabajo. El problema es que aquellas personas que estén menos preparadas para aprovechar las nuevas oportunidades, podrían no tener acceso a dichos empleos.
Al mismo tiempo, en América Latina hay muchos empleos de manufactura que están mal pagos, emplean principalmente a mujeres y a largo plazo están en riesgo de desaparecer por la introducción de nuevas tecnologías.
En tanto, en algunas industrias dominadas por hombres, es probable que haya un aumento de trabajadoras, ya que los empleos manuales dan paso a los de cuello blanco que suelen tener mayor participación femenina.
Sin embargo, queda por ver si los empleos de las mujeres se valorarán adecuadamente o si la discriminación de género reducirá los salarios (especialmente si los empleos sindicalizados dan paso a los no sindicalizados).
Además, el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y de los algoritmos para el reclutamiento de personal, al basarse en datos históricos plagados de estereotipos de género, puede consolidar las desigualdades existentes.
Muchos llamados laborales, a través de diversas plataformas, también favorecen al “trabajador ideal” (que para ellos es sin responsabilidades familiares), lo cual puede desfavorecer a la mujer.
“Además, existe también la posibilidad de que a las mujeres les resulte más difícil competir por empleos, particularmente en áreas no tradicionales, cuando las pérdidas de empleos aumenten el número de trabajadores que busquen empleos”
sostuvo la Secretaria General Adjunta de IndustriALL Global Union, Jenny Holdcroft.
Por todo esto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó recientemente el informe “Trabajar para un futuro más prometedor" donde hace recomendaciones relacionadas al futuro del trabajo para las mujeres.
Principalmente recomendó que se adopte un programa transformador y mensurable para lograr la igualdad de género en los puestos de trabajo del mañana que las nuevas tecnologías harán posible.
El informe toma en cuenta que las mujeres todavía realizan tres cuartas partes del trabajo de prestación de cuidados no remunerado de todo el mundo.
Por eso recomienda que se adopten políticas que promuevan que hombres y mujeres compartan los cuidados y las responsabilidades domésticas. Este proceso incluye la instauración y ampliación de prestaciones de permisos que animen a ambos progenitores a compartir por igual las responsabilidades de prestación de cuidados.
A su vez, proponen la implementación de políticas de transparencia salarial, para arrojar luz sobre la magnitud de las diferencias salariales basadas en el género y facilitar que se corrijan. Del mismo modo, detallan que la eliminación de la violencia y del acoso en el trabajo, también es una condición necesaria para la igualdad de género.
Finalmente el informe señala como esencial que se potencie la voz, la representación y el liderazgo de las mujeres. Tanto en la economía formal como en la informal, así como en el gobierno, en las organizaciones de trabajadores y de empleadores, y en las cooperativas, las mujeres deben ser participantes.