18 octubre, 2012HRW publica un informe sumamente alarmante sobre las curtidurías que envenenan a los trabajadores y dañan a las comunidades locales en Hazaribagh (Bangladesh).
En el informe de HRW “Toxic Tanneries: The Health Repercussions of Bangladesh’s Hazaribagh Leather,” (Curtidurías tóxicas: Las repercusiones para la salud del cuero en Hazaribagh de Bangladesh) se documentan en forma muy detallada los riesgos para la salud y la seguridad que sufren los trabajadores de las curtidurías y las comunidades locales expuestos a productos químicos utilizados en unas 150 curtidurías de Hazaribagh, la antigua zona industrial de Dhaka, una de las mayores zonas de producción de cuero de Bangladesh.
Los riesgos comprenden enfermedades de la piel y trastornos respiratorios causados por la exposición a los productos químicos de curtido, pero también amputaciones de extremidades causadas por accidentes en las peligrosas máquinas de curtido. En el informe se documentan hechos de mano de obra infantil utilizada en curtidurías, donde los niños trabajan muchas horas sin equipo de protección personal, lo que da lugar con frecuencia a accidentes; también los sueldos son considerablemente menores que los pagados a los adultos que realizan el mismo tipo de trabajo.
Residentes de barrios pobres de Hazaribagh se quejan de enfermedades como fiebres, enfermedades de la piel, problemas respiratorios y diarrea, causados por la extrema contaminación del aire, el agua y el suelo de las curtidurías. Según estimaciones del Gobierno, unos 21.000 metros cúbicos de vertidos sin tratar se liberan cada día en Hazaribagh.
Además de documentar los riesgos, el informe ofrece también una clara lista de recomendaciones sobre cómo se puede cambiar la situación, incluida primordialmente la apremiante necesidad de que las autoridades aborden el problema. Hasta ahora, incluso las leyes nacionales vigentes sobre medio ambiente no son respetadas por los propietarios de las curtidurías, que consideran innecesario introducir siquiera pequeñas modificaciones del proceso de producción o utilizar productos químicos un poco más caros pero que causan menos daño a los trabajadores y al medio ambiente.
Debería aplicarse un complejo enfoque, que incluiría la revisión por la inspección del trabajo y abordar el problema con los compradores finales. Según el informe, desde junio de 2011 hasta julio de 2012 Bangladesh exportó cuero y productos de cuero, incluido calzado, por valor de unos 663 millones $. El cuero se exporta a unos 70 países, pero principalmente a China, Corea del Sur, Japón, Italia, Alemania, España y Estados Unidos.
Si bien en el informe no se citan nombres de compradores concretos, se cree que “compañías que compran cuero producido en Hazaribagh deben ser conscientes de que las empresas de todo tipo tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos, incluidos los derechos de los trabajadores.” Human Rights Watch estima que la “acción sistémica en todas las curtidurías de Hazaribagh ofrece la mejor esperanza de poner remedio a las condiciones de salud y de derechos humanos identificadas en este informe”.