12 agosto, 2021El 8 de agosto, los sindicalistas de Myanmar y Corea afiliados a IndustriALL Global Union se unieron a una huelga para conmemorar el levantamiento popular de 1988, que derrocó a la dictadura militar, y pedir la derrota del régimen actual.
La huelga fue organizada por el órgano de coordinación de la huelga general con el lema “la deuda de sangre del 88 debe saldarse en 2021”. Este tema evoca la lucha prodemocrática, todavía inconclusa 33 años después, y el fuerte compromiso de la generación actual.
Los miembros de la Confederación de Sindicatos de Myanmar (CTUM) y la Federación de Trabajadores Industriales de Myanmar (IWFM) compartieron fotos de ellos mismos vistiendo camisetas rojas y haciendo el saludo de ocho dedos, con los hashtags #8FingersStrike y #RedCampaign.
El Sindicato Coreano de Trabajadores Metalúrgicos (KMWU) y otras organizaciones de la sociedad civil de Corea del Sur movilizaron a trabajadores y ciudadanos para que se unieran a las acciones de solidaridad con Myanmar.
Los grupos realizaron piquetes a nivel nacional frente a empresas coreanas que tienen inversiones en Myanmar, incluida la siderúrgica POSCO International, Korea Gas Corporation, National Pension Fund e Inno Group, que participan en proyectos de construcción con el ejército de este país.
El KMWU instó a la junta militar a poner fin a la masacre, así como exigió al gobierno coreano que reconozca al Gobierno de Unidad Nacional de Myanmar y que las empresas de su país rompan los lazos con las empresas vinculadas a los militares birmanos.
Desde el golpe de Estado, el KMWU han estado realizando piquetes diarios de forma continua frente a la oficina del agregado militar de la embajada de Myanmar en Seúl.
Khaing Zar, presidenta del IWFM, expresó:
“Es importante que la nueva generación de trabajadores y ciudadanos de Myanmar continúe la lucha a favor de la democracia. Debemos rechazar la dictadura militar y restaurar el poder al gobierno civil. Hago un llamado a la comunidad internacional para que apoye la iniciativa de imponer sanciones económicas integrales con el fin de destituir a la junta militar de manera rápida y eficaz”.
El secretario general de IndustriALL Global Union, Valter Sanches, declaró:
“El mensaje del movimiento obrero de Myanmar es claro e inequívoco: no se puede negociar con la junta militar. El régimen debe estar aislado diplomática, política y económicamente. Esto significa que las organizaciones internacionales y los gobiernos a nivel mundial deben reconocer al Gobierno de Unidad Nacional y negarse a mantener vínculo alguno con el régimen. Desde el golpe de Estado, hemos pedido sanciones económicas integrales a gobiernos, inversores y empresas para limitar los recursos disponibles para que la junta militar ilegítima ataque al pueblo birmano”.
A los seis meses del golpe de Estado militar, 965 personas han muerto a manos del régimen, y otras 5534, incluida la exconsejera de Estado Aung San Suu Kyi, siguen detenidas arbitrariamente.