27 junio, 2019La paradisíaca isla de Mauricio acoge a más de 45.000 trabajadores migrantes. Las violaciones de los derechos de los trabajadores migrantes son comunes en la cadena de suministro del sector textil y del vestido en el país, incluida la explotación por agencias de contratación en los países de origen, como Bangladesh, Madagascar, Nepal y la India.
Al llegar a Mauricio, a los trabajadores se les pagan bajos salarios, trabajan muchas horas y viven en condiciones miserables, a veces en dormitorios detrás de las fábricas, y corren el riesgo de ser deportados cuando protestan por las violaciones.
Las violaciones de los derechos laborales y humanos de los trabajadores migrantes se califican de esclavitud moderna, y se discutieron en un taller organizado por la IndustriALL Global Union con el apoyo de la Friedrich Ebert Stiftung, el 18 y el 19 de junio. Los 30 asistentes procedieron de sindicatos de Bangladesh, Madagascar y Mauricio. También participó el Programa Ovibashi Karmi Unnayan (OKUP), organización de la sociedad civil que se ocupa de la capacitación previa de los trabajadores bangladeshíes que se desplazan a otros países.
La ASOS, que ha firmado un acuerdo marco global con la IndustriALL, y cuyos proveedores emplean a más de 3.000 trabajadores en Mauricio, dijo que ellos desean mejores condiciones de trabajo y que finalice la servidumbre por deudas. Esta se debe a cargas, a veces de hasta 800 $ EE.UU, que imponen las agencias de contratación, y que los trabajadores tardan más de 14 meses en reembolsar. La ASOS dijo también que los trabajadores no deben pagar los gastos de viaje al país de destino, ni la formación.
Christina Hajagos-Clausen, directora de la industria textil y del vestido en la IndustriALL, dijo:
“El acuerdo marco global con la ASOS será la clave para empezar a desarrollar relaciones laborales sólidas con los proveedores de textiles y prendas de vestir mauricianos. La creación de relaciones laborales sólidas ayudará a reducir las violaciones de los derechos de los trabajadores."
El afiliado a la IndustriALL la Confederation des Travailleurs Secteurs et Prive (CTSP), que representa a más de 50.000 trabajadores, encabeza la lucha contra la explotación y exige el pago del salario mínimo nacional de 9.400 rupias mauricianas (271 $ EE.UU.) a los trabajadores migrantes. Los afiliados de Madagascar, la Federation des Syndicats des Enterprises Franches et Textiles (FISEMA) y Sendika Kristanina Malagasy (SEKRIMA) y Syndicalisme et Vie des Societies (SVS), así como el afiliado bangladeshí, Sommilito Garments Sramik Federation, apoyan la labor de la CTSP.
Reeaz Chutto, presidente de la CTSP, dijo:
“Luchamos por que los trabajadores migrantes gocen de los mismos derechos que los trabajadores mauricianos, en virtud de la Employment Rights Act (Ley de derechos laborales). Esto ayudará a parar los despidos injustos y a proteger los derechos de los trabajadores a la negociación colectiva."
La Anti-Slavery International (ASI), que realiza campañas para proteger a los trabajadores contra la esclavitud y la trata de personas y apoya el principio de que el empleador paga, según el cual el empleador paga el viaje y otros gastos de los trabajadores migrantes, apoyó también el fin de las violaciones. Asistieron asimismo delegados de la Organización para las Migraciones y la Universidad de Mauricio, la Confederación de Empresas de Mauricio y el Ministerio de Trabajo, y afirmaron que apoyaban el diálogo social y mejores relaciones laborales.
Un proyecto de la ASI con la IndustriALL, ASOS, OKUP y CTSP persigue el fin de la esclavitud moderna en la cadena de suministro, promoviendo la formación previa, desarrollando una aplicación de teléfono inteligente para Mauricio, siguiendo el modelo de la aplicación de Derechos de los Trabajadores IndustriALL/ASOS utilizado ya en Turquía, que explicará los derechos de los trabajadores migrantes, y un centro de apoyo sindical basado en la CTSP donde los trabajadores pueden solicitar ayuda sobre quejas y reclamaciones. El centro ayudará también a los trabajadores en bangla, el idioma de los trabajadores bangladeshíes, que constituyen la mayoría.