7 abril, 2014El 1o de abril de 2014, fue puesto en libertad Kim Jungwoo, dirigente sindical coreano y defensor de los derechos humanos. Su liberación pudo ser posible gracias a la campaña internacional lanzada por Amnistía Internacional, con el apoyo de la Agrupación Global Unions, incluyendo la CSI e IndustriALL. Permanecen aún encarcelados otros 14 dirigentes condenados en el mismo juicio.
Kim Jungwoo es un ex dirigente del sindicato local de los trabajadores de Ssangyong Motor; este sindicato local es parte del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Corea, organización afiliada a IndustriALL Global Union. Kim Jungwoo fue detenido en junio de 2013, después de participar en protestas en favor de los trabajadores despedidos por Ssangyong Motor en 2009, y en memoria de los 24 trabajadores y miembros de sus familias que, o bien se suicidaron o murieron de trastornos relacionados con el estrés durante la campaña. Hubo grave peligro de que Jungwoo recibiera una pena mayor por parte de la Corte Suprema de Seúl.
En virtud de la legislación penal de Corea del Sur, Código Penal 314, los empleadores pueden imponer fuertes multas a los sindicatos y sus dirigentes, incluyendo confiscación de bienes de los funcionarios sindicales por "obstrucción de negocios". Por ejemplo, el monto total que reclaman a la central nacional KCTU es de unos US$122 millones. De acuerdo con el fallo del tribunal distrital, los trabajadores de Ssangyong están obligados a pagar a la policía alrededor de US$1,28 millones de compensación, y US$3,1 millones a la empresa por daños y perjuicios incurridos por los trabajadores mientras se encontraban en huelga.
En 2009, la Federación Internacional de Trabajadores Metalúrgicos, una de las tres organizaciones fundadoras de IndustriALL Global Union, informó sobre la brutal respuesta del gobierno coreano ante un conflicto laboral legítimo, cuando los sindicalistas en Ssangyong Motor iniciaron una huelga en protesta por la orden de despidos masivos. Esos despidos se efectuaron sin notificar al sindicato, y en violación del convenio colectivo vigente.
Posteriormente, la huelga de 77 días que comenzó en mayo de 2009 fue brutalmente reprimida con el uso de productos químicos corrosivos lanzados sobre los huelguistas desde helicópteros, y ataques violentos con pistolas paralizantes que ponían en peligro la vida de las personas, causando heridas graves. Como si esto no fuera suficiente se les negó a los huelguistas acceso a necesidades básicas como comida, agua e incluso asistencia médica básica para los heridos.
Hace más de un año, el actual Presidente de la República de Corea del Sur prometió que se iba a llevar a cabo una inspección parlamentaria de los despidos masivos en Ssangyong Motors. Por desgracia, esta promesa hasta el momento no se ha cumplido.