16 noviembre, 2012El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer El año 2012 es el decimotercero en que la sociedad civil mundial celebra este día, designado por la Asamblea General de las NU en su 54º período de sesiones.
El día se designó en recuerdo de tres activistas políticas en la República Dominicana – las hermanas Mirabal – que fueron brutalmente asesinadas por el régimen del dictador Rafael Trujillo el 25 de noviembre de 1960.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora también del 15 de noviembre al 10 de diciembre para destacar la relación entre mujeres, violencia y derechos humanos, que abarca el 25 de noviembre, el 1 de diciembre, Día Mundial del SIDA, la Masacre de Montreal de 6 de diciembre de 1989, en que 14 estudiantes mujeres de l’École Polytechnique fueron asesinadas por ser feministas, y el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
La violencia contra la mujer es un acto que causa, o puede causar, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a las mujeres. La violencia contra la mujer puede ocurrir en el ámbito privado, como el hogar, o el público. Estas formas de violencia pueden consistir en violación, violencia doméstica, trata, prostitución forzosa, explotación sexual, acoso sexual, mutilación genital, matrimonio forzado, o arma de guerra y homicidio; están vinculadas inexorablemente al problema del VHI-SIDA y repercuten gravemente en los derechos de las mujeres. Hay que realizar actividades de prevención junto a los esfuerzos por reducir la violencia contra las mujeres y las muchachas. Estos programas tienen que abordar la interconexión entre género y desigualdad socioeconómica y vulnerabilidad al VIH-SIDA.
La violencia de género se debe al omnipresente sistema de injusticia que perpetúa el dominio del hombre y la subordinación de la mujer, y es el ejemplo más claro de la desigualdad de género. La violencia de género afecta adversamente al mundo del trabajo. Muchos lo describen como la peor violación de los derechos humanos en el mundo. Se estima que al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha sido obligada a realizar actos sexuales, maltratada o abusada de otro modo. Aparte del sufrimiento humano, hay un argumento de eficiencia económica para eliminar la violencia contra la mujer. Debido a la discriminación permanente y al estereotipo del empleo, la mayoría de las mujeres trabajan en empleos mal remunerados y poco valorados con apenas control o facultad de adopción de decisiones o posibilidades de negociación. Están excesivamente representadas en empleos atípicos o precarios, que constituyen factores de riesgo para la violencia de género, incluidos el acoso sexual y el abuso sexual. Además, la violencia en el lugar de trabajo puede revestir la forma de intimidación o acoso laboral.
Es posible que la crisis económica haya exacerbado la violencia contra la mujer. La situación de las mujeres es más precaria y, por tanto, más vulnerable, con lo que aumenta la probabilidad de violencia.
La interacción entre violencia doméstica y violencia de género en el trabajo es cada vez más evidente. La víctima puede incluso ser acechada por el abusador en el trabajo, con todas las ramificaciones que puede tener esto para los demás empleados. El mal rendimiento en el trabajo de la persona concernida afecta al conjunto del lugar de trabajo y disminuye la productividad de todos. La víctima sufre de escasa autoestima y deja de interactuar con el mundo exterior. El ausentismo crece y, como consecuencia, las malas relaciones entre el personal.
En un reciente estudio británico se estima que la violencia doméstica cuesta a la economía 2.700 millones de libras (4.200 millones USD) al año por pérdida de productividad, salarios perdidos y permiso de enfermedad pagado. En Estados Unidos, en 2011, la compañía farmacéutica Novartis fue considerada responsable de uno de los mayores casos de acoso y discriminación sexual de la historia, y se le ordenó que pagara 3,3 millones USD de indemnización y 250 millones USD de daños y perjuicios a 5.600 mujeres, a las que se concedió además derecho a solicitar indemnizaciones adicionales de hasta 300.000 USD a cada una.
Los sindicatos de industrias dominadas por el hombre deben realizar campañas para detener la violencia contra las mujeres. Es preciso fomentar la asociación entre mujeres y hombres, a fin de crear un entorno que promueva la paz y el desarrollo. Los sindicatos deben luchar contra la violencia de género mediante la acción colectiva de hombres, presentando esto como un signo de fuerza y no de debilidad. El trabajo con hombres para eliminar la violencia contra las mujeres será un paso gigantesco hacia la igualdad de género.
Muchos países han promulgado leyes más estrictas para abordar el problema de la violencia contra la mujer. En varios tratados regionales se han establecido leyes para frenar la violencia. Sin embargo, el propio lugar de trabajo puede ser una plataforma para la prevención de la violencia. La negociación colectiva puede servir de base para abordarla. Otro instrumento son los acuerdos sobre igualdad que prevén traslados y compensaciones monetarias a las víctimas de la violencia doméstica.